Opinión

Recuerdos de una pandemia

La Firma de Guillermo Flores

"Recuerdos de una pandemia", la Firma de Guillermo Flores

"Recuerdos de una pandemia", la Firma de Guillermo Flores

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Palencia

Tal día como hoy hace 4 años, cerramos nuestros bares, ese día actuaba en nuestro local el conocido cantante Huecco, al día siguiente el gobierno decretó el confinamiento general de la población. Recuerdo esa tarde noche, como algo parecido a una película de zombies en la que no hay nadie en la calle, todo está cerrado y no se podía salir porque te contagiabas y morías. Se mascaba el miedo, un poco por la salud y un mucho por la economía, era algo insólito para todos. Llevábamos 2 meses escuchando cosas del COVID, pero estaba muy lejos, allá por China, imposible que nos tocara.

Cuando nos confinaron creo que ni siquiera había casos en Palencia, empezaba la cosa por Madrid. Poco a poco empezamos a recibir instrucciones a veces deslavazadas, a veces contradictorias, casi siempre incoherentes de cómo teníamos que actuar. Cada día nos daban el parte de guerra, 800, 900, 1.000 muertos. La enfermedad era algo que ocurría solo a los demás hasta que empezamos a ver cómo ingresaban personas de nuestro entorno, amigos y seres queridos y algunos dejaban la vida en los desbordados hospitales, en soledad, sin acompañamiento ni velatorio.

No estábamos preparados, no había materiales EPI, ni siquiera mascarillas, pero sí algunos listos y colocados de todos los colores, gente sin escrúpulos, corruptos que siguen aflorando, aprovechándose de la desgracia humana. Dicen que el ser humano tiene esta cualidad innata.

Muchos de nosotros, empresarios y autónomos, nos gastamos nuestros ahorros para hacer frente a nuestros pagos mientras estábamos cerrados y pedimos un ICO que ahora estamos pagando. Y el mal fue menor gracias a los ERES que más o menos protegieron al trabajador.

Enganchados a la tele y las redes solo se oía hablar de los bares criminales, las manifestaciones, los negacionistas, el BOE semanal, el gel hidroalcohólico, los sanitarios superhéroes, los aplausos a las ocho, los miedos al contacto. La gente salía varias veces a comprar el pan y se compraban una mascota para sacarla a pasear, hacíamos trampitas… ¿ustedes se creen de verdad que como se decía, salimos mejores de aquello?, ¿ustedes creen que nos ayudó la pandemia a aprender algo? ¿o nos hizo más pieles finas, interesados e intolerantes?

Pero salvando los aspectos de salud, (todos acabamos cogiendo el COVID y casi todos pasándolo en casa) y los aspectos económicos, para mí el confinamiento fue algo irrepetible, algo que será difícil que se vuelva a producir. Estar casi 3 meses en casa con mi mujer, mis hijos estaban en otro domicilio, con todo el tiempo del mundo para descansar y hacer cosas, fue algo que siempre recordaré en positivo. Cocinábamos, creábamos videos diarios, cantábamos, nos disfrazábamos, hacíamos videollamadas con la familia, jugábamos al chinchorro, nos poníamos un vermut en el balcón y una infusión a media tarde y hasta tuve tiempo como los cantautores reivindicativos de hacerle una canción a la situación y una sección en esta emisora, sobre cómo pasaba el día un hostelero con mucha actividad personal, pero con el bar cerrado.

 
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