Un profesor de artes marciales ha sido condenado a 18 años de cárcel por abusar sexualmente de una menor

Ávila

Javier R.G, profesor de artes marciales de 47 años, ha sido condenado por la Audiencia Provincial de Ávila a una pena de doce años de prisión por el delito de agresión sexual a una menor, y a seis años por corrupción de menores ya que grabó en vídeo cómo mantenían relaciones sexuales, aunque en el juicio dijo que no lo hizo para compartirlo con terceras personas.

El tribunal considera probado que este profesor de artes marciales conoció a la menor en diciembre de 2020, mes en el que cumplía los 15 años, porque era amiga de una profesora de baile que trabajaba en la academia que él regentaba en el paseo de Santo Tomás de Ávila.

Los tres coincidieron en un bar cercano al gimnasio. Él le preguntó a la chica por su edad y ella le enseñó el carnet de identidad. Allí consumieron varias cervezas y luego fueron al gimnasio donde él beso a ambas y propuso que hicieran un trío, a lo que se negaron.

Las primeras citas

Días después Javier R.G y la menor quedaron en verse a través del teléfono móvil, iniciándose una relación entre ellos durante la cual mantuvieron relaciones sexuales en el vehículo propiedad del acusado, en su academia y en el domicilio del acusado.

Dichas relaciones se produjeron en numerosas ocasiones y en diversos días al menos hasta el mes de marzo de 2021. En una ocasión el acusado grabó un vídeo de ocho minutos en el que se veía a ambos realizando diversas prácticas sexuales, vídeo que se grabó con el consentimiento de ella tal y como reconoció en el juicio.

La condena para el agresor

El tribunal le ha condenado doce años de cárcel como autor de un delito de abuso sexual a menor de dieciséis años, y seis años más como autor de un delito de corrupción de menores previsto y penado en el artículo 189 del Código Penal.

No tendrá que pagar una indemnización a la víctima porque ella, que acaba de cumplir la mayoría de edad, renunció a ese derecho durante su declaración en el juicio que se celebró el pasado 22 de febrero.

Pero no podrá acercarse a menos de 300 metros de ella, ni comunicarse por ningún medio, durante un periodo de 10 años una vez cumplida la pena privativa de libertad.