Un café con leche, por favor

Palencia

No hay mejor placer, por lo menos para mí, que tomarme un buen café con mis amigos en un bar mientras arreglamos el mundo. Y es que, si los bares hablasen, cuántas cosas contarían, ¿verdad? Siempre se ha dicho que España es el país que más bares por habitante tiene, y creo que es cierto, piensen por un momento en su barrio, cuenten los bares que hay… seguro que más de 4 en un pequeño radio les salen.

En los bares se habla, se discute, se escribe, se opina sobre cualquier cosa, se echa la partida (una gran tradición), se come, se cena, se bebe, se disfruta…pero sobre todo se comparte, aunque estés solo, porque nunca estarás solo, siempre estará el dueño o la dueña o en su defecto un camarero. No hace mucho salía en las noticias el cierre del bar Casero, en pleno centro de la capital por jubilación y más recientemente el bar Pastor, al otro lado del Puente Mayor, otro de esos bares de toda la vida, qué expresión más bonita y qué orgullo decir es un bar de toda la vida. Pero qué duro es para los dueños ser un bar de toda la vida, porque anda que no hay que echar horas detrás de la barra para llegar a serlo. Quiero que sirva este comentario para alabar el gran papel de los bares palentinos, de las personas que en ellos trabajan porque estos lugares son los que en esta vorágine de vida nos permiten evadirnos y disfrutar de las amistades, familia y compañeros de trabajo.

Puede que a estas horas, que está escuchando la radio, esté tomándose el café (aunque ya va tarde) o un vino con tapa en el bar de siempre, el de toda la vida; puede que haya salido de casa en su pueblo y se haya dicho, voy a ver quién está en el club y es que si en una ciudad un bar fomenta momentos de distensión y conversación, Imagínense en un pueblo con poquitos habitantes, donde el teleclub es de los pocos sitios, por no decir, el único lugar donde la gente puede juntarse, reunirse y compartir. Y es que el teleclub en un pueblo hace sacar a las personas de casa en el invierno más frío. Son varios los pueblos que en las últimas semanas están intentando reabrir esos espacios de ocio y disfrute en beneficio de todos los beneficios, pero ya sabemos que la hostelería no es una tarea fácil, y es que la institución provincial y los propios ayuntamientos dotan de ayudas a los futuros dueños, pero ya sabemos que para ser un bar de toda la vida hace falta echarle muchas horas. Espero que esos espacios logren abrirse o reabrirse de nuevo porque son parte también de la vida en un pueblo.

Ponme un café con leche por favor.