Denuncian la presencia de menores en el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo
Salamanca
Salamanca
La Fundación Franz Weber ha criticado a continuada presencia de personas menores durante los eventos taurinos del Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo, Salamanca, por ser contraria a una recomendación del Comité de los Derechos del Niño.
Las convocatorias eran de acceso gratuito y libre para cualquier edad, "incumpliendo de forma clara las objeciones internacionales realizadas en los últimos años", señalan desde la Fundación. Estos menores pudieron ver las lesiones provocadas por animales sobre personas, casi una veintena de atenciones sanitarias en esta edición, y el sufrimiento de los animales.
Los naturalistas, con estatus consultivo en este organismo internacional de especialistas en derechos de la infancia, han advertido que el informe de evaluación a España de 2018 incluyó un texto muy claro al respecto de la participación o presencia de menores de 18 años en espectáculos taurinos, subrayando que había que alejarlos de los mismos.
Virginia Portilla, psicóloga experta en violencia, señala:
"Estas promociones del lobby taurino reflejan un intento desesperado por introducir a grupos vulnerables en la dinámica de crueldad y violencia, intentando revertir la falta de relevo generacional que anuncian todos los estudios sociológicos realizados en las últimas décadas."
Así, los promotores integran a niñas, niños y adolescentes en una actividad donde se produce violencia explícita hacia animales y posibilidad de sufrimiento humano, con cogidas o lesiones.
La Fundación urge a las administraciones públicas implicadas: Ayuntamiento, y Gobierno de la Junta, a trabajar por la protección de la infancia y la adolescencia, instando la retirada de cualquier tipo de publicidad o promoción que busque fomentar su acceso a actividades lesivas para su desarrollo social, moral, intelectual o psíquico.
Científicos alertan sobre estas imágenes.
Diferentes especialistas han advertido acerca de la exposición de las personas menores de edad a contenidos violentos, comprobando alteraciones en su comportamiento y midiendo diferentes niveles de agresividad y ansiedad posterior.
Además del evidente riesgo de que el niño sufra angustia e incluso efectos traumáticos originados por la exposición de escenas de agresiones violentas hacia humanos y animales, la exposición a la violencia en la infancia puede contribuir a la normalización de la violencia y fomentar actitudes de aceptación de la agresión.