Peña apuesta por una educación más severa en la familia para contener el aumento de la violencia en los menores de edad en Burgos

Burgos

Una treintena de intervenciones de la Policía Local y 8 detenidos menores de edad en el último año sirven al concejal de Seguridad Ciudadana del Ayuntamiento de Burgos, Ignacio Peña, para constatar un aumento preocupante de los actos violentos por parte de menores y apela a las familias a ser más firmes en la educación de los hijos.

Robo con violencia, robo en vehículo, atentado a los agentes, desobediencia y resistencia graves, peleas, agresiones, hurtos, tenencia de drogas, consumo de alcohol, actos vandalicos y grafitis, son las acusaciones más comunes que se les han imputado.

El edil de Vox reconoce que la segudiad pública es una de sus prioridades y anuncia una mayor vigilancia de la Policía Local en los lugares de reunión de los jóvenes, como El Castillo o el entorno del Anden 56, donde ''pequeños delincuentes'', según su expresión, agreden y asaltan a otros chicos con la impunidad de quien se siente inimputable y conscientes del miedo de las víctimas a denunciar por las posibles represalias.

Ignacio Peña considera que la facilidad de acceso a la pornografía contribuye a incrementar la agresividad de los adolescentes y aprecia un creciente número de casos de hijos que agreden a sus padres.

El concejal de Seguridad advierte que ''los padres somos un poco laxos'' en la educación y sería partidario de algún castigo en el seno de las familias para concienciar a los chicos de que sus actos tienen consecuencias. Ignacio Peña cree que los trabajos en favor de la comunidad como sanción a los menores que delinquen no está dando el resultado previsto y quizás se debería plantear una revisión legislativa.

Este pasado mes de enero, la Policía Local detuvo a 4 jóvenes por robos violentos y actos vandálicos, tres de ellos menores de edad, entre 15 y 17 años, con detenciones anteriores por hechos similares. Los agentes, en un operativo especial dedicado a vigilancia y control del entorno del Castillo, como consecuencia de distintos actos vandálicos y acciones delictivas llevadas a cabo por grupos de jóvenes, localizó a un menor de 17 años con el rostro ensangrentado, que acababa de sufrir un robo violento al reclamarle dinero y el teléfono móvil.

Los presuntos autores, al ser interceptados por la Policía Local, portaban distintos enseres que pertenecían a otras personas, además de 70 euros, guantes, pasamontañas y prendas para cubrir el rostro. En una zona cercana, se localizó también un teléfono móvil con daños importantes, que pertenecía a la víctima.

Varias dotaciones rastrearon la zona en busca de una supuesta arma prohibida -pistola táser– con la que habían amenazado al agredido y otros agentes trasladaron al menor herido a Urgencias, informando a sus padres de la situación.