Playas fluviales hay muchas, Monte el Viejo solo uno
La Firma de Javier Gómez Caloca
"Playas fluviales hay muchas, Monte el Viejo solo uno", la Firma de Javier Gómez Caloca
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Palencia
Por motivos diferentes, en los últimos días se ha hablado en Palencia de playa y monte, de monte y playa.
El sentido común, y, sobre todo, la minoría del Equipo de Gobierno, aparcó, el proyecto de la playa fluvial, aunque se haya mantenido una pequeña partida presupuestaria para realizar el estudio informativo. Que se quede en eso.
Sobre playas ni soy ni pretendo ser objetivo. Cuando has pasado la niñez en Piedrasluengas donde el río, por mucho que el padre pusiera piedras y césped en el arroyo de las Regás, nunca te cubría más arriba del ombligo, cuando el ir a la playa no entraba en nuestras posibilidades, más allá de una excursión de un día a La Franca para celebrar haber terminado de hacer la hierba, ni el agua es tu medio, ni el saber nadar una aspiración. Joder, si mi madre me bañaba en un balde. No aprendí de niño, y de mayor me conformé con saltar las olas más mansas del Cantábrico o andar por las piscinas, mejor agarrado a algo, y solo hasta que el agua roza la barbilla.
Mis hermanas y sus amigos me llevaron una vez, cuando bajamos a vivir a la capital, a la Playa del Sotillo. Tendría yo once años y la cosa se complicó cuando fuimos a la zona de la Pesquera y el agua, no muy limpio la verdad, subía a la par que el suelo se hundía a mis pies. Recuerdo a mi cuñado Ángel Manuel cogiéndome de la mano, “Tienes que perder el miedo al agua”, me decía. Fue mi único viaje a la Playa de Palencia y, lo mismo, la experiencia me ratifica en la oposición a este proyecto. Unos tenemos miedo al agua, otros a la nieve, donde yo me muevo… como pez en el agua.
El vandalismo, favorecido por el abandono, ha empezado a destrozar la Casa Pequeña del Monte. Que levante la mano quién de la generación baby boomer, no se ha tomado un porrón allí. Yo bastantes. Jugaba con ventaja pues de niño utilicé bastante el porrón para hacer mantecones de vino y azúcar, la mejor merienda que podías tener en el pueblo.
El Monte el Viejo, su abandono de años, sí que tiene que ser una prioridad municipal, también de la Dipu y sus generosos presupuestos y de la Junta de Castilla y León. Las tres Administraciones tienen competencias en el Monte el Viejo. La Dipu, hay que reconocer que ha mejorado mucho la carretera, incluido un carril bici hasta arriba. La Junta a veces parece que lo quiera dejar sin árboles, con verdaderas matarrasas. Y el Ayuntamiento, pues de parche en parche hasta el agujero final. Ya conocemos la herencia recibida, pero ahora toca salvar el Monte el Viejo. La EDUSI y su desastroso uso ya pasó y el Monte ni la vio.
Cómo es posible que algo que diferencia a Palencia de otras capitales esté en la situación de abandono actual.
Un poco de reciente historia: hace más de siete años cerró la Casa Grande, en 2019 la Casa Pequeña y en octubre El Refugio.
No es momento de obras sueltas, hay que pensar y planificar qué hacer con el Monte. Esto no va de recuperar la Casa Pequeña, rellenar con algo la Casa Grande y licitar otra vez el Refugio. No sé si convocar un concurso de ideas, realizar, con participación ciudadana y asociativa, un Plan Director; quién sabe si constituir un Consorcio de las Administraciones, decidir qué tipo de gestión ha de tener.
¡Vamos Palencia! presentó en campaña una propuesta, desconozco si hay más. Me gustaría que hubiera un consenso de todos que habría de partir de preservar la biodiversidad y de aparcar, para siempre, desarrollos urbanos de un espacio que ya sufrió bastante.
Arenales fluviales hay muchos, Monte el Viejo, solo en Palencia.