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Enterradas en Vida: visibilizar la violencia de género para que el silencio no haga más fuerte a los agresores

Un equipo especializado de la Policía Municipal con cuatro personas al frente, trabaja para dar un mayor y mejor apoyo a las víctimas que sufren esta lacra social que tiene 128 casos activos en nuestra ciudad

Enterradas en Vida: visibilizar la violencia de género para que el silencio no haga más fuerte a los agresores

Enterradas en Vida: visibilizar la violencia de género para que el silencio no haga más fuerte a los agresores

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Aranda de Duero

La SER se cita con el Jefe de la Policía local para profundizar en cómo se afronta la lucha contra la violencia de género desde este cuerpo de seguridad. Nace ‘Enterradas en vida’, un espacio que el medio de comunicación de mayor influencia en la Ribera del Duero impulsa para contribuir en dar visibilidad a esta lacra social. Hay una primera declaración de intenciones de Paco Polanco refiriendo que “es una prioridad para nosotros siempre que recibimos una llamada”. Nos presenta a Lourdes, la agente que coordina una sección especializada en dar respuesta y apoyo a las víctimas, y que completan Sara y Rebeca. Este grupo es la punta de lanza porque “todos los agentes están muy sensibilizados en dar respuesta a todas las situaciones que se presentan. Es un trabajo de equipo en el que todos estamos implicados”, destaca Lourdes.

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Actualmente hay 128 casos activos en Aranda. La Policía Local gestiona el 50% de los casos denominados de riesgo no apreciado o grado bajo alcanzado una cifra de 33 para los agentes del cuerpo municipal. Existe “una tendencia al alza en las denuncias pero no podemos determinar si eso es porque se visibiliza más el problema y se denuncia más o porque ha ido en aumento”, pone en valor Sara.

La toma de contacto de una manera más directa con esta lacra social hace tomar conciencia de la enorme dificultad y la lentitud de poder enfrentarse a las diferentes situaciones que se dan en el día a día. "Hay muchas veces en las que actuamos y las mujeres no son conscientes de que sufren violencia de género. Creen que la única que existe es la física y eso es lo último que pasa, es un ciclo y una escalada. Empieza generalmente por una presión psicológica que va aumentando y va minando la autoestima de la mujer que no es consciente de lo que le está pasando. Se separa de su círculo de amigos y familiar y, cuando percibe su realidad, no sabe salir. Las víctimas permanecen calladas porque no quieren dar a conocer su problema y es muy difícil acceder a ellas pero no es imposible. Es importante que hablen porque el silencio hace más fuerte al agresor”, atestiguan Sara y Lourdes.

PAMPLONA, 25/11/2023.- Manifestación del movimiento feminista con motivo del Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres, hoy sábado en Pamplona. EFE/Iñaki Porto / Iñaki Porto

Aunque siempre se recomienda denunciar la violencia de género “no es algo obligatorio y así se lo decimos". "Nosotros hablamos y asesoramos a cualquier mujer que necesite ser escuchada, les explicamos todas las ayudas que se les puede prestar económicas, de vivienda… Utilizando todo el sistema para que ellas no se sientan solas”, especifican.

Por sectores de población, Sara explica que la mayor parte de los casos que actualmente requieren de seguimiento son de “mujeres con más de 35 años" "Solo hay cuatro casos por debajo de los 25 años. No hay una gran diferencia en si la mujer tiene o no trabajo pero eso no le otorga independencia económica porque es habitual que los recursos los administre él. En casi todos los casos hay niños por el medio. Y hay que poner énfasis en el aumento de personas octogenarias afectadas”, comentan.

Lourdes y Sara acentúan la relevancia “de que las mujeres afectadas tienen que contar a alguien de su entorno lo que les sucede porque eso las protege". "Ellos tienden a evitarlo. El silencio hace grande al agresor y pone en riesgo a la mujer y a los hijos que también sufren esa violencia. El amor no puede hacer daño ni puede generar miedo. Esa relación tóxica hay que contarla para que alguien, con otra perspectiva, lo valore”, añaden.

Ante una sospecha de cualquier mujer que pueda identificar indicios de estar sufriendo violencia de género, las dos agentes destacan el procedimiento a seguir. “Estos casos no se pueden callar y lo mejor es denunciar. Pero si no quisieran hacerlo, se les presta igualmente toda la ayuda, todos los derechos que tienen y que nunca van a estar solas porque las vamos a acompañar siempre. Y se garantiza la confidencialidad hasta el punto de que el maltratador no tiene que saber de esa toma de contacto”, sentencian.

 
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