La croqueta

León

Entre las efemérides gloriosas que adornan nuestro calendario ha quedado en las sombras el Día de l Croqueta que ayer mismo se celebraba. He echado en falta algo más de brillo y algunos fastos ceremoniales que pusieran en el altar de nuestros vidas el delicado bocado de esa bechamel deliciosa, el contraste divino entre la fritura y esa leche moteada de jamón que se deshace en la boca como manjar divino.

La croqueta es intemporal y ha saciado gulas desde hace siglos. Miren ,si no, al modélico Nadal que se ha hecho una croqueta con arena de oro y diamantes . Estábamos acostumbrado a sus celebraciones croquetiles en la tierra parisina, pero este nuevo rebozo promete ser más lucrativo aún y moralmente intachable, puesto que como ha dechado dicho nuestro campeón, está encantado con ese país donde solo ve progreso y crecimiento. No sabemos si le ha preguntado a las millones de mujeres que viven en una cárcel medieval, despojadas de derechos y sometidas a la bota rigorista de un régimen teocrático.

Otra croqueta de paladar sorprendente que nos hemos comido esta semana es la encuesta del CIS que asegura un 44% de machos hispánicos que se sienten discriminados frente a las mujeres. Ese porcentaje excesivo de bechamel rancia sube al 52% en los jóvenes de 16 a 24 años. Así se entiende mejor que tantos siguen considerando a Nadal un modelo a seguir, el emblema de la marca España. Y también las cenas con el emérito, las SICAV apretando las tuercas a la obligaciones fiscales, y ese empeño obsesivo por los implantes de pelo. Todo para que no se vea el cartón, la calva hipócrita, y esas entradas de avaricia que no se cubren nunca ni con todo el oro del mundo, Rafaelillo.