Gracias Terry O’Brien

Palencia

¡Que levante la mano quien no haya participado alguna vez en una marcha solidaria, en una quedada solidaria, en una caminata, en una bicicletada, en una carrera, en un cross…! Imagino que la mayoría de los que nos estáis escuchando ahora mismo hayáis asentido con la cabeza. Participar en un evento así es fácil, sencillo y además es muy gratificante. Y suele ser casi siempre, un plan que merece la pena.

En Palencia, una ciudad y una provincia con un carácter social muy marcado, no hay más que darse una vuelta por otras ciudades de la Comunidad, para darse cuenta de que nuestra provincia cuenta con numerosos servicios de carácter social, son innumerables las citas solidarias que tienen el deporte como base para su ejecución.

La marcha inclusiva del Grupo Fundación San Cebrián, que por cierto se ha celebrado este pasado fin de semana, la carrera de Fibromialgia en Villalobón, celebrada también no hace mucho, la undécima Carrera contra el Cáncer, que se celebra este próximo domingo, el Puzzle Cross Solidario de Cocemfe, la Marcha del barrio de San Antonio, que tiene fines recaudatorios para entidades sociales… son innumerables las citas en el calendario. Y todas ellas, siempre, siempre, cuentan con un nutrido grupo de participantes.

Son muchos los que participan en ellas porque conocen a alguien, porque tienen a alguien a su alrededor que padece esa patología. Otros lo hacen porque quieren dar un buen ejemplo a sus hijos, otros quizás, lo hacen por amor al arte. No importa el motivo, la cuestión es que los palentinos participamos.

Hoy en día, parece algo habitual, raro es el fin de semana que no haya algo así en nuestra ciudad o provincia, pero ¿saben cuándo se pusieron de moda estas carreras, pruebas o quedadas? Fue en 1978 y el impulsor de estos eventos fue un irlandés, afincado en Valladolid. A Terry O’Brien, se le ocurrió la idea de importar de su país las caminatas solidarias destinadas a recaudar fondos y sembró en aquel lejano 1978, cuando impulsó la primera Marcha Asprona (con un recorrido de cincuenta kilómetros hasta Palencia), el germen del que hoy beben en toda España decenas de iniciativas.

Únete al canal de WhatsApp de la SER

Este irlandés trajo a España un concepto que rompió moldes a la hora de dar visibilidad a colectivos, en una época en la que muchas familias sentían incomprensión y rechazo social por tener hijos con discapacidad. Gracias a Terry O’brien hoy en día somos muchos los que caminamos por visibilizar a las personas con discapacidad, los que corremos para recacudar fondos para la investigación contra el cáncer, los que caminamos por mejorar la calidad de vida de personas que padecen otras patologías.

Esperamos que esta buena costumbre no decaiga nunca.