Ribera del Duero

La Ribera del Duero comprueba este año con contundencia lo que les ha legado la sabiduría de los viticultores más mayores: que la última palabra en la cosecha de uva la tiene la meteorología del último mes. Incluso de los últimos quince días. Si hace dos semanas, en el inicio de la vendimia, el miedo se extendió entre los viticultores, por el agua abundante cuando ya no debía haberlo y el consiguiente riesgo de que proliferaran los temidos hongos de enfermedades como la botrytis, el inusual calor de los últimos diez días y la ausencia radicar de lluvias desde mediados de septiembre han dado un giro a la vendimia, incluso a todo el ciclo vegetal, del que se esperaba un fruto pequeño dada la ausencia de lluvias. En este momento las bodegas ya tienen en deposito 73.170.087 kilos de uva de un tamaño mayor del previsto y de una calidad muy buena, dos factores que hace apenas quince días estaban en cuestión. "La verdad es que teníamos bastante miedo porque había habido unas tormentas bastante abundantes; la uva se había vuelto a hinchar y había perdido grado y había que esperar que terminara de rematar," dice Juan Carlos Gutiez, técnico experto en viticultura de CECOGA. "Al final es el trabajo de todo el año, se mete cualquier hongo, principalmente botrytis y es un riesgo importante. Pero el tiempo nos quita y el tiempo nos da. Igual que venimos de primeros y mediados de septiembre con unas lluvias importantes, y en algunas zonas más, al final el tiempo se nos ha estabilizado de una forma exagerada. No vamos a negar que el veranillo de San Miguel de todos los años, con mañanas fresquitas y días de veintitantos grados, nos venía muy bien para vendimiar. Lo que ha hecho es tranquilizar al viticultor. Porque con este tiempo y sin previsión de lluvias, ha permitido una vendimia un poco más tranquila."

Las 73.000 toneladas de uva recogidas se acerca a las dos terceras partes de la cosecha que se espera este año. Y dada la calidad de la uva debido a su excelente maduración y para aprovechar que no se esperan lluvias en los próximos días, la recogida del fruto ha cogido velocidad de crucero, de forma que se espera que a finales de esta semana esté prácticamente recogido el grueso de toda la cosecha. En este momento permanecen abiertas 258 bodegas y han finalizado ya la recepción de uva 24 elaboradoras. "La previsión es que finalice la semana con el 90% de la uva recogida. En las zonas que hay menos uva porque heló, se va a quedar rematado" indica el experto. "Un adelanto en general existe. El grueso de la vendimia se ha hecho la semana pasada y se va a rematar ésta. Es un adelanto aproximadamente de 15 días.

Para calcular el ritmo del cultivo ya no vale el santoral

La tendencia en la meteorología de los últimos años está adelantando las fechas habituales de la vendimia, que ya no tienen como referencia la fiesta del Pilar, aprovechada también para quienes acudían a ayudar en las explotaciones familiares y celebrar encuentros con los parientes. "Llevamos unos años que no llegamos a mediados de octubre. Y no digamos de aquellos tiempos que algunos recuerdan de seguir vendimiendo por Los Santos (1 de noviembre). Eran casos excepcionales, pero es verdad que hablábamos del Pilar como fecha habitual." Pero no sólo el final del ciclo se ha adelantado. Parece lógico que los trabajos de recogida del fruto acaben antes cuando todo el proceso de la planta también esté experimentando la misma circunstancia. El santoral, que ha sido referencia durante generaciones y generaciones, parece que ya no sirve para indicar las fechas de los trabajos agrícolas."También decíamos que la cierna era en San Juan (24 de junio) y también val adelantada, la brotación "La Cruz (3 de mayo), la viña reluz" y ahora, en estos años, los ciclos se han adelantado. Yo no soy experto y no sé si hay cambio climático, pero lo cierto es que cada año los ciclos se han adelantado." reflexiona Gutiez.

La calidad, fuera de toda duda "En Ribera se hacen las cosas de escándalo"

Y si la cosecha no será tan corta como se preveía, lo que no está en cuestión es la calidad del fruto. Pese a los retos que ha planteado la meteorología tanto de toda la campaña como especialmente del último mes, la profesionalidad del sector no sólo ha dado la talla, sino que ha sido capaz de actuar de manera preventiva para preparare para los posibles incidentes climáticos. "En Ribera del Duero se hacen las cosas muy bien. Se gasta mucho en mano de obra, en limpiar el viñedo, en que los racimos estén expuestos, en que donde hay uva de más se quita, donde hay pelotones de uva se quita..." detalla el experto en viñedo de CECOGA . "Al hacer las cosas tan bien tiene que venir un año muy complicado para que la uva no sea, por lo menos, muy buena. Y luego hay años excelentes gracias a la climatología. El factor climático te va a dar el remate de cada año, pero lo normal es que la uva sea siempre muy buena" detalla Juan Carlos Gutiez. "Cuando comparamos con lo que se hace en otras Denominaciones de Origen, lo de Ribera del Duero es un escándalo (para bien). Si no somos los mejores, somos de los mejores en hacer las cosas bien en el viñedo" sentencia el experto.