De Ávila a Aranda para continuar el oficio familiar

Aranda de Duero

Pese al calor de la semana, la puerta está abierta y el ventilador en marcha en Carnicería Lucía. Un lugar ya icónico de Santa Catalina que recibe muchas visitas en nuestra estancia preguntando por todo tipo de encargos pero, sobre todo, los lechazos ya asados para encargar. Son los reyes de este negocio que ya lleva casi una década bajo la gerencia de Rubén, que llegó desde Ávila, y con el vínculo de su mujer, que es arandina. "Empezamos en 2014. Me ofrecieron esta carnicería porque el anterior dueño quería traspasarlo, vi una buena oportunidad de negocio y decidimos venirnos aquí", comenta, explicando que procede de una 'saga' de carniceros. "Mi padre era carnicero y mis abuelos también, y nosotros llevamos toda la vida. Aunque yo soy de Ávila mi mujer es de aquí, y aquí hemos acabado", cuenta.

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Rubén controla a las mil maravillas por tanto tanto la buena ternera de su zona natal -que triunfa mucho- como los lechazos. "Lo mío nunca lo dejo, el chuletón y la buena ternera de Ávila. Y aquí el cordero se vende muy bien. Los lechazos son de la zona, porque lamentablemente en las grandes superficies se engaña cada vez más a la gente con corderos de fuera, y la diferencia se nota a leguas. Pero nosotros lo tenemos autóctono. Es más, desde hace un año estamos vendiendo mucho cordero asado en horno de leña por encargo para cualquier día", apunta.

La clientela diaria es fija, aunque a los clientes se los gana a pulso ya que "un cliente se tarda en ganar años, pero se puede perder en cinco minutos". "El negocio estaba ya abierto pero el inicio fue difícil porque se tarda en ganar confianza con la gente y que vean el buen producto que se da. Gracias a Dios la cosa cada vez ha ido a mejor. Tenemos adobos, chorizos, pollo, alas... Cualquier alimento para el consumo diario; de todo. La confianza de tratar con una tienda de barrio a un supermercado es otro mundo, el confiar en tu tendero, que cuando entre un cliente ya sepas lo que quiere sin que te lo pida. La profesionalidad es superior", comenta.

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"Aranda me ha dado mucho"

La experiencia de Rubén es dilatada. Ha pasado como autónomo y asalariado por carnicerías de otras partes de España, pero ha ido a parar a un lugar en el que es feliz y en el que ha recibido una respuesta maravillosa que agradece a más no poder. "Volvería a dar el paso sin dudarlo. He estado en Madrid y otras muchas partes de España trabajando, y Aranda a mí me ha dado más que nadie, y me ha gustado desde el primer día que vine. La prueba es que llevo 10 años aquí y cada día más contento. Aquí me quedo hasta que me jubile", comenta entre risas, antes de dar las gracias a su clientela "por todos estos años". "Cuando quieran, aquí está su casa", sentencia. Pero también los mejores productos, con la mejor de las sonrisas al otro lado. Y eso, es impagable.

La charla al completo puede reproducirse en el audio superior.