Burgos se suma a la fiesta de las ''campeonas del mundo''

Disciplinados, como se les había convocado, a las 11:30 de la mañana, ya había cola para entrar al Monasterio de San Juan para ver, ''en comandita'', el partido final del Campeonato del Mundo de futbol femenino, en el que España aspiraba a ''hacer historia''.

Y dieron las 12:00 del mediodía y 760 gargantas, el aforo permitido, empezaron a animar al equipo que ha conseguido enganchar a la sociedad española al futbol femenino. Nombres como Alexia Putellas, Jenifer Hermoso, Olga Carmona, Aitana Bonmatí, Irene Paredes o Salma Paralluelo, así que recuerde ''a bote pronto'', suenan ya entre los aficionados y también entre a quienes el futbol ni les va ni les viene, pero entienden de lo que significa ''una conquista social''.

Sin estridencias, como somos los castellanos, se vivió el encuentro, con emoción, los ''uyyyy'' de los ataques marrados, las embestidas de las inglesas, el penalti que falló Hermoso, la lesión que casi nos deja sin una de las mejores, los 13 minutos de descuento que concedió una árbitra norteamericana.

Pero entre todos los momentos, levantó los cuerpos y las voces el gol de la sevillana Olga Carmona, que a la postre fue el definitivo, y se desparramó la alegría con el pitido final del partido, cuando ya se podía gritar ese: ''campeonas del mundooo.....''

Los más animosos invadieron la fuente de Los Delfines y se dieron un baño de celebración, como se hace en Burgos con los grandes acontecimientos deportivos, y este lo merecía.

El Ayuntamiento acertó al rectificar la ubicación de la pantalla, que en principio se pensó instalar en la Plaza Mayor, bajo el inclemente sol de mediodía. El atrio del Monasterio de San Juan fue un estadio mucho más confortable para esos aficionados que saben que compartir los buenos momentos, sabe mejor, sobre todo si se gana.

Veremos ahora como se traduce el anuncio de la alcaldesa Ayala, quien reafirmó el "compromiso del equipo de Gobierno municipal con el deporte base femenino" de la ciudad.