Una prisión para Victorino

Ángel Santiago Ramos

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La opinión de Ángel Santiago Ramos (15/6/2023)
León
A Victorino Alonso este mes de mayo no le trae precisamente flores. El Tribunal Supremo ha publicado estos dos días dos sentencias que condenan al empresario minero a un total de cinco años y diez meses de cárcel y al pago de 24 millones de euros. Las sentencias consideran probados graves delitos medioambientales y ocupación y explotación ilegales de varias hectáreas de terreno de propiedad particular y pública.
La vida empresarial de este leonés, nacido en la localidad leonesa de La Vid de Gordón, salvo algunas cosas, como diría Rajoy, no desentonaría en el ambiente del Chicago de los años 30.
En 1996 elude pagos a su exmujer tras ser declarado insolvente en cuatro juzgados de León. Los cuatro magistrados solo le reconocen la propiedad de una motocicleta de baja cilindrada. Tal insolvencia no le impide unas semanas después firmar la multimillonaria operación de hacerse con la propiedad de la empresa MSP. Caja España, accionista mayoritaria de la minera, y previo pacto político que guardan las hemerotecas, hizo posible este maldito milagro que engendró una de las peores pesadillas para la minería provincial, primero, y nacional después.
Bien resguardado su elevado patrimonio a través de la ingeniería financiera en paraísos fiscales, salvo que escoja el camino de la huida, algún día Victorino Alonso pisará la cárcel a la que lleva eludiendo, entre otras acciones, con argucias procesales que dilatan su entrada años y años.
La historia contemporánea de esta provincia precisa contar con detalle la telaraña vital y empresarial de Victorino Alonso. De él y de quienes hicieron posible la vertiginosa expansión y el poder omnímodo que ha ejercido en importantes despachos políticos, judiciales y económicos.
Y todo con una simple motocicleta de baja cilindrada, como sentenciaron cuatro ilustres magistrados.