Lo innombrable
Juan Miguel Alonso
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León
Perdonen si hoy les hablo de lo innombrable : el suicidio, y en concreto de la negritud más dolorosa dentro de este cáncer silenciado: el suicidio de nuestros niños y jóvenes.
Por si aún no se han situado les hablo de los más de 1000 intentos de suicidio que tuvimos en la tierra patria el año pasado y de los más de 300 infantes que consiguieron su propósito el año pasado.300 puñaladas en el estómago para amigos, familiares y padres que apenas pueden soportar el dolor de esa herida para el resto de su vida.
El suicidio es la primera causa de muerte en este país entre los 15 y los 29 años. La primera. No el cáncer. No los accidentes de tráfico. No las drogas.
No es una enfermedad patriótica. Más de 200.000 jóvenes se quitaron la vida el año pasado en todo el mundo. Pero nadie habla de ello, y si lo hace, es en voz muy baja, apenas como un susurro que evita pronunciar a la bicha asesina.
Un número importante de ellos está directamente vinculado al acoso escolar. Los papeles nos decían ayer que el 60% de los centros educativos legionarios tuvieron algún caso de acoso el curso pasado. Es falso. Todos los centros escolares de esta provincia , de esta comunidad y de este país sufren esa vergüenza. Vejaciones, insultos y agresiones que resultan invisibles a menudo para los profesores y silenciados por las propias víctimas y sus compañeros. El problema del acoso es mayúsculo y crece exponencialmente. Los protocolos son insuficientes, el profesorado no tiene la formación adecuada y las familias no acaban de comprender su responsabilidad en esta tragedia. Nadie acepta que su hijo es un acosador, su hija una acosadora. Mientras tanto, la mayoría de las víctimas no reciben ayuda, callan por miedo , y a menudo son ellas quienes tienen que cambiar de centro. A veces, la presión es insoportable y adolescentes anónimos vuelan desde ventanas que alguien cierra inmediatamente para no oír el ruido insoportable de un cuerpo chocando contra el suelo.
