Los fruticultores bercianos ponen en marcha los sistemas antiheladas ante las temperaturas bajo cero de la madrugada del domingo. En algunas zonas del campo se alcanzaron los tres grados negativos. Los cultivadores tuvieron que madrugar para arrancar los molinos y otros recurrieron a alpacas de paja ardiendo para que el humo amortiguase la helada. Todavía no se han evaluado los daños, pero la fruta estaba en plena floración, muy avanzada en los perales, aunque también visible en los manzanos o en la cereza, es decir, en las frutas con sello de calidad. Un año más, los agricultores solo se han podido defender del ya recurrente problema de las heladas primaverales en las 125 hectáreas protegidas con molinos o en aquellas que habían preparado paja para hacerla arder, según explicaba Daniel Franco, presidente de la Asociación Berciana de Agricultores Para las mil hectáreas de frutales en el Bierzo, solo existen 25 molinos instalados. Los seguros, a los que solo se han acogido unos 80 productores, tampoco cubrirán los daños. Ni siquiera convencen a los propietarios, porque aseguran producciones muy inferiores a las reales. Lo que se necesitan son ayudas para instalar molinos de viento, insiste Daniel Franco Franco ha constatado que hay flores con necrosis en las fincas, pero confía en que los tratamientos específicos mitiguen la situación, por lo que habrá que esperar para una evaluación global. La Asociación Berciana de Agricultores confía en que no se repitan las temperaturas bajo cero en el resto de la primavera.