La Demanda y la Ribera del Duero serán pioneras en la recogida de biorresiduos en la provincia de Burgos
El Consorcio Provincial de Residuos ha distribuido más de 15.000 tarjetas de apertura del contenedor marrón en 53 municipios de estas comarcas
Burgos
El Consorcio Provincial de Residuos, dependiente de la Diputación de Burgos, pondrá en marcha a finales de marzo la recogida selectiva de restos orgánicos en la Ribera del Duero y la Sierra de la Demanda, una vez instalados más de la mitad de los 1.400 contenedores marrones adquiridos para toda la provincia, en el objetivo de avanzar hacia la Economía Circular.
Más de 15.300 tarjetas con microchip de apertura del contenedor se han distribuido en 53 municipios, detalla el presidente del Consorcio, Víctor Escribano, quien confía en tener implantado al inicio del verano el sistema de recogida de biorresiduos en toda la provincia y a pleno rendimiento en todos los núcleos de población en dos años. Destaca que los vecinos que se comprometan a usar el contenedor marrón, tendrán una bonificación en la tasa de basuras.
La implantación del contenedor marrón responde a una obligación que viene de la Unión Europea y que persigue la reutilización completa de los residuos y acabar con los vertidos incontrolados en el medio rural que, reconoce Escribano, siguen siendo muy frecuentes. Recuerda que el tratamiento adecuado de los desechos que generamos es un compromiso de todos.
El proyecto de recogida de biorresiduos contempla una inversión de casi 5 millones de euros, de los que 1,6 son fondos europeos, que habrá que justificar con la implantación eficiente del sistema, que cuenta ya con rutas de recogida adaptadas a la realidad de cada municipio. Escribano cree que hay buena recepción por parte de los vecinos, una colaboración necesaria para contar con el respaldo de Europa.
Las localidades pequeñas que queden fuera de las rutas de recogida, tienen la posibilidad del compostaje directo, al reunir menor volumen de biorresiduos, para lo que se contratarán 4 maestros compostadores que asesorarán sobre el procedimiento a seguir.
Víctor Escribano recuerda que este material se convierte en abono orgánico o compost, que se comercializa y permite obtener, tras la siembra y posterior cosecha, nuevos alimentos. En definitiva, hacer realidad el concepto de Economía Circular.