Los cuervos

León

Llevamos unas semanas enredados en la pirotecnia penosa que desde la derecha gallarda se dispara sobre los derechos de la mujer, en particular el del aborto.

Hemos censurado el rosario de ocurrencias y majaderías poco inocentes que los pupilos de Santiaguiño sueltan y proponen en parlamentos y consejos de gobierno, de la hipocresía de la derechita cobarde, que se opone en el Constitucional a lo que sus propias bases hace tiempo que aprueban , que no es otra cosa que el derecho de la mujer para decidir en libertad sobre su propio cuerpo.

Hoy , la gran Ana Gaitero pone cifras y voces a este proceso penoso que le toca transitar a todas las mujeres que toman esta decisión en esta comunidad de éxito. Y uno descubre con los ojos perplejos que entre las leonesas que se vieron en esta encrucijada más del 60% decidieron pagar de su propio bolsillo la Interrupción voluntaria del embarazo.

Claro que esa perplejidad se llena de razones cuando se pone el foco sobre el hecho de que sólo un hospital público de la comunidad; el de Miranda de Ebro, ofrece esta prestación. Este es un dato no menor y muy relevante para entender las cosas. Resulta inexplicable que en el resto sea imposible ejercer ese derecho porque los médicos, todos, sean objetores. ¿A qué presionen tienen que estar sometidos aquellos y aquellas especialistas que sí consideran necesaria y adecuada la prestación de ese servicio, y sin embargo, se esconden entre la grisura colectiva y reaccionaria para no señalarse, para no sufrir las consecuencias de decidir , también ellos , en libertad, de acuerdo a su código ético y deontológico?

Sigue habiendo , por desgracia , muchas batas blancas que parecen negras, como sotanas raídas , en los despachos de la sanidad pública. Cuervos que imponen su moral de confesionario , mientras recortan derechos , bendicen precariedades , camino a la consulta vespertina y privada, privadísima donde se cobra en negro, como su alma.

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