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Todas las capitales de Castilla y León incumplieron en 2022 las recomendaciones de calidad del aire de la OMS

Ecologistas en Acción pide que se implanten ya las zonas de bajas emisiones para reducir la contaminación del tráfico y proteger la salud de la población

Estación medidora de la contaminación en Valladolid / Ayuntamiento de Valladolid

Estación medidora de la contaminación en Valladolid

Valladolid

Ecologistas en Acción ha denunciado que todas las capitales de Castilla y León incumplieron el pasado 2022 las directrices de la Organización Mundial de la Salud sobre la calidad del aire, por lo que reclama la puesta en marcha de las zonas de bajas emisiones para reducir la contaminación provocada por el tráfico y proteger la salud de la población.

Según un informe de la asociación en base a la evaluación de los datos de las 42 estaciones de control de la contaminación atmosférica de la Junta repartidas por la Comunidad, el Ayuntamiento de Valladolid y diversas instalaciones industriales, durante el pasado año los niveles de dióxido de nitrógeno, partículas y ozono en Castilla y León han vuelto a superar esas recomendaciones de la OMS, en todas las estaciones, tanto en las principales ciudades como en las áreas rurales.

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Si bien ninguna estación de medición ha incumplido los “obsoletos límites legales vigentes”, durante el año pasado en general han aumentado las concentraciones de partículas respirables (PM10), partículas finas (PM2,5), dióxido de nitrógeno (NO2) y ozono (O3), tras la caída drástica de la contaminación atmosférica en los años 2020 y 2021 por las restricciones de la movilidad derivadas de las medidas de lucha contra la COVID-19. Una vez finalizados los estados de alarma, la reactivación del tráfico ha provocado el empeoramiento de la calidad del aire, patente a lo largo de 2022.

Los niveles de contaminación más elevados se alcanzaron en las estaciones orientadas al tráfico. En la estación Arco de Ladrillo de Valladolid se superó la recomendación de la OMS para el dióxido de nitrógeno durante 149 días, ascendiendo a 107 los días que se rebasó el nivel de las partículas finas, por 92 y 29 días, respectivamente, en la estación urbana del Barrio Pinilla, en León, y los 74 días por encima de la recomendación del NO2 en la estación de la Avenida de Valladolid, en Soria.

En 2022 también repuntaron los niveles estivales de ozono, después de dos años con caídas muy significativas de este contaminante. Según el comunicado recogido por Ical, “tras una primavera sin apenas ozono, las superaciones diarias del objetivo legal y de la guía de la OMS se han disparado en julio y agosto por efecto del verano más cálido desde al menos 1961, dando lugar a tres importantes episodios “frente a los que la Junta de Castilla y León se ha limitado a difundir avisos rutinarios, en el mejor de los casos.

En este sentido, se advierte que las treinta estaciones que miden ozono en Castilla y León han superado ampliamente los tres días que admite la OMS por encima de su recomendación diaria y también exceden la concentración media estival establecida por este organismo entre los meses de abril y septiembre. Un año más, la estación de control de la contaminación atmosférica con niveles más elevados de ozono es la ubicada en El Maíllo (Salamanca).

Legislación

Para corregir esta situación, Ecologistas en Acción considera esencial implantar lo antes posible en las ciudades zonas de bajas emisiones y lamenta que ninguna de las nueve ciudades de Castilla y León que están obligadas por la Ley estatal de Cambio Climático a establecer antes de 2023 esta medida la ha puesto todavía en marcha.

Además, reclama a los ayuntamientos mejoras en el transporte público, la apuesta por la movilidad peatonal y ciclista y la electrificación de los autobuses urbanos y de las flotas de distribución de mercancías.

Por último, recuerda que la inhalación de dióxido de nitrógeno, partículas y ozono provoca un incremento de enfermedades respiratorias y cardiovasculares agudas, especialmente en niños y niñas, personas mayores y personas con enfermedades cardiorespiratorias crónicas. Según el Instituto de Salud Carlos III de Madrid y el Instituto de Salud Global de Barcelona, la contaminación atmosférica causa en las principales ciudades de Castilla y León en torno a mil muertes prematuras cada año.

 
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