El Posfranquismo toma las Cortes
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Ángel Santiago Ramos / Radio León, Cadena SER
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Ángel Santiago Ramos-El Posfranquismo
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Ángel Santiago
La formación jurídica no es una garantía para adquirir criterios políticos que te alejen de posiciones ultras enemigas de la democracia. Vox cuenta entre sus diputados, senadores y otros cargos institucionales con numerosas personalidades venidas del ámbito del Derecho. Jueces, abogados del estado, letrados y licenciados en leyes conforman parte de la estructura de esta organización de ideario posfranquista.
En lo que nos toca más de cerca, el actual gobierno de la Junta de Castilla y León cuenta con un vicepresidente sin cartera y tres consejeros que pertenecen a Vox. De regalo, uno de sus miembros preside las Cortes, un leonés que dice tener la licenciatura de Derecho.
El vicepresidente, Juan García-Gallardo Frings, es hijo y nieto de una renombrada familia de abogados burgaleses que, entre sus clientes, han tenido al empresario José María Ruiz Mateos. Joven y abogado él mismo, cuando se le calienta la boca, en palabras de un conocido cercano, puede vomitar sapos y culebras, siempre en sintonía, eso sí, con la partitura neofascista que ha mamado de…, él sabrá de que tetas.
Esta misma semana, en el seno de las Cortes Autonómicas, y sin que su abundante flequillo se moviera un ápice, acusó a los socialistas españoles, con el presidente Sánchez a la cabeza, de formar parte de una banda criminal. Ni la propia Macarena Olona lo mejoraría.
El mismo día, otro Vox, en este caso consejero de Industria y Empleo, Mariano Veganzones, dijo nada más y nada menos que estas tierras de Castilla y de León están llenas de vagos. Por los pelos, no añadió lo de maleantes.
Vaya tropa, la que tenemos que mantener con los presupuestos de un gobierno autonómico que vive acomplejado a la sombra de estos posfascistas que un día sí y otro también vociferan con odio las peores calumnias y los más graves insultos. Pretenden convertir la vida política y las relaciones humanas en un lodazal.
Y en este territorio, del que los leoneses de bien cada día nos sentimos más alejados, merodea un presidente fantasma. Un tal Alfonso Fernández Mañueco que ni ve, ni oye, ni entiende.