Un nuevo llamamiento al civismo
La alcaldesa lamenta que el mural colaborativo del parque de San Antón haya aparecido emborronada dos semanas después

Hacko Crane se ofreció a reparar los desperfectos del mural

Aranda de Duero
El Ayuntamiento de Aranda tiene mucho trabajo por delante todavía en lo que se refiere a concienciar a la población hacia el respeto al entorno urbano. De poco parece haber servido en este aspecto la iniciativa llevada a cabo el 8 de octubre en la que medio centenar de personas materializaron un mural en el pasadizo que atraviesa por debajo las vías del tren en el parque de San Antón. Dos semanas después esta obra colaborativa ha aparecido este fin de semana emborronada.
Los desperfectos han sido ya reparados por Arnaldo, uno de los artistas que participaron en esta creación colectiva, que firma como Hacko Crane, pero lo lamentable es que, aunque hasta ahora parecía que los murales artísticos se salvaban casi siempre del vandalismo del espray, a veces hay excepciones, como lamenta la alcaldesa. “Las personas que pasaron por allí ese día lo que se nos pidieron sobre todo era respeto para esa actuación, pero lamentablemente nos entristece contar que no fue respetado, que este sábado ya fue objeto de la huella individualista que algunas personas quisieron dejar sobre un trabajo colectivo que había sido realizado con todo cariño por los 50 personas que habían participado”, lamenta Raquel González, que reconoce que no esperaba un hecho así, “porque generalmente donde hay un mural, afortunadamente, no se malogra, pero en este caso ha sido objeto de unos daños que no entendemos”, insiste.
Para proteger este mural en lo sucesivo, el Ayuntamiento va a aplicarle una pátina protectora y está trabajando también en otras mejoras para el entorno, como dotarlo de más iluminación y cambiar por otra más estrecha la rejilla del sumidero, que supone un incordio para las sillas de ruedas o los andadores.