Un equipo de la UBU trabaja en el censo de víctimas de la represalia del franquismo
En Castilla y León está documentada la existencia de unas 700 fosas, aunque el número podría ser superior
Burgos
Investigadores de la Universidad de Burgos han comenzado ya los trabajos para elaborar un censo de víctimas civiles de la represión durante y después de la guerra civil del 36. Uno de los arqueólogos que trabaja en esta labor, Juan Montero, afirma que es pronto para hablar de cifras, aunque los historiadores han venido apuntando que se produjeron entre 16.000 y 18.000 muertos en Castilla y León, que quedó casi totalmente bajo el mando de los sublevados prácticamente desde el inicio de la contienda, cuando sufrió un elevado número de asesinatos por supuestas represalias. El censo actualizado se conocerá probablemente para el mes de abril.
Se trata de la segunda fase del trabajo que comenzaron a realizar gracias a un convenio con la Junta de Castilla y León que permitió recoger de manera científica y documentada la existencia de 690 fosas en Castilla y León. En los últimos meses se han sumado doce más, aunque los expertos estiman que la cifra total podría ser superior, de unas 800.
De hecho, Montero señala que cada vez es más difícil localizar fosas en campos de labranza o zonas abiertas, por lo que las asociaciones de memoria histórica se están volcando en el estudio y exhumación de fosas que saben que están en cementerios y, por tanto, son más fáciles de delimitar.
El arqueólogo ha explicado que tanto el mapa de fosas como el censo de víctimas civiles son “trabajos científicos en los que se sistematizan toda la información de asociaciones, colectivos y personas a título particular, para confirmar la existencia de la fosa o de las víctimas antes de incluirlas en el mapa, lo que supone una labor compleja y, en muchas ocasiones, lenta”.