Sin médicos a la vista
La Firma de Elisa Docio en Hoy por Hoy Palencia
"Sin médicos a la vista", la Firma de Elisa Docio
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Palencia
Buenos días, estimada audiencia.
La España despoblada, vaciada, desabastecida y mortecina clama a grito pelado por la escasez de médicos rurales, y su grito resuena como voz en el desierto propiamente dicho. Nuestros pueblos son muchos, pequeños, con pocos pobladores y de avanzada edad. Vaya panorama, ¿cómo se arregla eso?
De modo que nos encontramos con dos problemas, a saber: Uno, ante la dispersión del territorio es muy difícil calcular las horas y los kilómetros que tiene que hacer un médico rural para pasar consulta en todos los pueblos que tiene asignados, porque no es lo mismo estar sentado en el consultorio de un centro de salud de la capital recibiendo pacientes, aun teniendo de entre mil quinientas y dos mil tarjetas asignadas, que hacer una peregrinación por múltiples consultorios locales a donde llegan, casi siempre, los mismos pacientes contando las mismas cosas. Con todo mi cariño, pero es así. Con lo que, además de la salud del cuerpo estos heroicos galenos atienden el consuelo del alma. De modo que lo que no hay son médicos con tantísima vocación misionera de generosa entrega que se peleen por esos destinos en vez de poner rumbo a puestos más llevaderos.
Que faltan médicos en toda la sanidad pública es una verdad como un templo, una verdad que solo se puede entender por una falta absoluta de programación a medio y largo plazo. Las notas de corte en las universidades públicas son de espantar. Cuántos chavales conocemos que han querido estudiar medicina y no se han podido matricular. Sin embargo, como siempre, quienes tienen posibles se van a una privada, mucho más tolerante en la admisión. Y si no hacemos médicos en casa los tenemos que importar. Con el dilema de que aquí exigimos mucho, pero no sabemos lo que se ha exigido a los que vienen de otros países, puede que más, puede que menos.
La remuneración es otro factor hiriente. Cualquier diputado provincial del equipo de gobierno gana más que un médico de familia. Y qué ha hecho un diputado para ocupar ese cargo, pues andar listo en el partido. Qué ha hecho un médico, chamuscarse el cerebro durante diez años, privarse de muchas horas de buena vida e invertir mucho dinero en formación. Sin hablar de la diferencia de responsabilidades.
Parece que lo primero que se requiere es que se permita a los jóvenes formarse en esa profesión. Por otro lado, el auténtico reconocimiento premia económicamente el trabajo y la responsabilidad. Que estamos hablando de salud, de vidas humanas, no de ir a las fiestas de los pueblos a conquistar alcaldes para la causa.
El próximo lunes más.