Quiero ser como Carlos Alcaraz
La Firma de Eva Calleja
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"Quiero ser como Carlos Alcaraz", la Firma de Eva Calleja
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Palencia
Hipnótico. Creo que es la palabra. Emocionante. Es una palabra que habría que añadir.
Una pista de tenis. Un joven, poco más que un niño, con sus escasamente 19 años dándonos toda una lección. Una lección de vida más allá de una lección de tenis.
Lo que Carlos, Carlitos, Charlie… da igual como le llamemos, hizo sobre la pista fue mucho más allá de jugar bien a eso que lleva entrenando desde hace años.
Lo que hizo tiene que ver con muchas cosas más: creer en sí mismo, divertirse, no rendirse nunca, mirar a su oponente más allá de su nombre o del puesto que ocupe en el ranking… fuerza mental, tolerancia al estrés, intolerancia al desánimo, sobreponerse a las circunstancias sean estas las que sean… eso le llevó a sumar una serie de victorias con los mejores oponentes y a alzarse con el título en el Open de Madrid.
Todo un conjunto de cosas esenciales para ir por la vida que suponen un aprendizaje fundamental que, entiendo, todo su entorno, familia, entrenadores, su equipo vital y profesional llevan muchos años enseñándole, inculcándole.
Y lo quiero para mí. Sinceramente quiero ser como él afrontando cada reto del día a día que no siempre es fácil.
Y lo quiero para mi hijo, que acaba de cumplir 18 años y al que también he intentado, intento cada jornada enseñar que es la manera fundamental para buscar el camino del éxito, haga lo que haga, eso da igual, en definitiva para buscar eso que es tan difícil de definir que es la felicidad.
Pero es que Carlos nos dio una lección más. Respetarse a uno mismo y respetar al que tenemos enfrente. Valorarse, quererse… sabiendo que pase lo que pase estaremos satisfechos de haber dejado, allá donde estemos, lo mejor de nosotros mismos.
En ocasiones, las madres, los padres, tendemos a sobreproteger a nuestros hijos y eso es algo que no les ayuda en nada. Proteger, sí, por supuesto. Eso forma parte del papel que jugamos en sus vidas. Sobreproteger no es lo mismo. Estar ahí para apoyar, para escuchar, para guiar, para auparles cuando sea preciso, sí. Pero otra cosa es hacer las cosas por ellos, marcar un camino tan férreo que resulte imposible que tomen sus propias decisiones, que aprender a pensar, que fracasen en ocasiones porque la vida es eso, éxito y fracaso, que se equivoquen y sepan salir adelante y buscar soluciones… esa es la fórmula para que sean personas fuertes y seguras de sí mismas.
Sé que no vienen con libro de instrucciones. Que nuestro papel no es sencillo pero también sé que es esencial y que merece la pena darle una vuelta a todo esto.
Más allá de la satisfacción que me ha producido ver a Carlos Alcaraz sobre la pista durante estos días, me quedo con esta lección y con estas reflexiones y cuando el día venga gris, y cuando las cosas no salgan como deberían y cuando la cuesta se haga muy empinada, Carlos vendrá a mi cabeza.
Sonrisa y a seguir adelante. Sin rendirse, sin tiempo para la lamentación.
Sencillamente a currar para modificar las cosas. Sin más.