Pactar

Albacete

Pactar, según la RAE, tiene que ver con acordar algo entre dos o más personas o entidades, obligándose mutuamente a su observanciapero en el ruidoso mundo en el que vivimos pactar se asemeja más a algo como “venderse”, como romper con tus “dogmas” y dicho esto con tus valores, y nada más lejos de la realidad, pactar es ceder con entendimiento y compromiso, y siempre desde un punto común que permita avanzar.

Pactas con tu familia, con tus amigas y amigos, en tu trabajo, con tu pareja… Es en sí una inercia humana para poder convivir. Si no lo haces las relaciones humanas serían inviables y no solo eso, parece exagerado, pero sino es así la economía no avanza, lo político no avanza y lo social se deteriora. Nos estancamos.

Hace unos días despedíamos de su cargo y de la vida a personas referentes en el mundo social, sindical y laboral de la ciudad, y me ha sido significativo escuchar reiteradamente en los discursos y palabras de despedida, con mucha emoción y sentimiento: “Personas del diálogo social, ejemplo de colaboración y lealtad, personas de acuerdos, personas de pactos”.

Hablo de Carmen Juste, con quien he trabajado de cerca desde la patronal, quien deja su cargo como Secretaria General de CCOO en Albacete y se dirige a otros retos profesionales y de la lamentable pérdida de Juan Antonio Mata, exsecretario general de la organización a nivel regional y exsecretario general del mismo sindicato. Fieles defensores de los derechos laborales y de la igualdad jamás pondríamos en cuestionamiento sus principios por llegar a acuerdos, todo lo contrario, su tesón y capacidad de negociación han supuesto grandes avances sociales para Albacete.

Es lamentable que las banderas de las guerras identitarias o de partidos sigan poniendo en riesgo la urgencia de pactos transversales sobre lo que podríamos llamar “cuestiones de Estado” cuando lo indicadores apuntan a un estancamiento en muchos ámbitos, desde el económico hasta el institucional, pasando por la educación o la sanidad. Siendo este ya un arriesgado escenario global.

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Es urgente fortalecer una gestión competente por parte de los gobiernos y de afrontar políticas públicas transformadoras y todo esto pasa inevitablemente por amplios consensos, capacidad suficiente y tiempo para dar resultados, nada de esto es inmediato.

Ya hablemos de sostenibilidad de las pensiones, cambio de modelo productivo, cambio climático, reforma de las Administraciones Públicas, de justicia, de educación, de brecha generacional, de la España vacía, de igualdad -o de lo que cada uno prefiera- ninguno de estos grandes problemas estructurales se puede abordar con unas mínimas garantías de éxito por un solo partido, o por un solo bloque ni a golpe de legislación. Es imprescindible pactar y acordar, el manejo estructurado de los tiempos y la voluntad de aunar todo el talento disponible.

Según diferentes encuestas, en España, la ciudadanía considera que la propensión a dialogar y negociar debe ser permanente y generalizada, no circunstancial y puntual. El 65% piensa, además, que es un signo de madurez política y de responsabilidad. Dicho esto parece que tenemos que repensarnos bien sobre la importancia de pactar.