De bucear en el mar a buscar tesoros bajo tierra: la reinvención de un emprendedor de Cuenca
Carlos Hinarejos, gerente de la empresa Trufa de la Vega, dejó su trabajo como buzo en bases petrolíferas en Libia para apostar por la tranquilidad de un pueblo conquense
Carlos Hinarejos y su empresa de trufas en Cuenca
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Cuenca
En Alcalá de la Vega, un pequeño municipio de la Serranía Baja de Cuenca, Carlos Hinarejos ha encontrado un nuevo rumbo en su vida y en su carrera profesional. Tras una trayectoria como buzo profesional en la industria petrolera y una experiencia en Libia que le marcó profundamente, decidió cambiar el rumbo de su vida y apostar por el emprendimiento rural. Así nació Trufa de la Vega, una empresa dedicada al cultivo y comercialización de trufas y productos gourmet derivados, como el aceite o la sal trufada.
"Trabajé durante muchos años en terminales petrolíferas, especialmente en Libia, donde tenía una empresa con un socio", cuenta Hinarejos. "Pero la pandemia cambió mi perspectiva. Me quedé atrapado allí por el coronavirus y luego estalló una guerra civil, lo que me hizo replantearme todo". Ese fue el punto de inflexión que lo llevó a regresar a sus raíces. Aunque nació en Reus (Tarragona), su padre era natural de Alcalá de la Vega, un lugar con el que siempre sintió un vínculo especial.
"Siempre he querido volver a mis orígenes y montar un negocio en el pueblo", explica. "Descubrí el mundo de la trufa gracias a un buen amigo, que es vicepresidente de los truferos de Cataluña, y decidí seguir sus pautas. Aquí estoy, en un entorno mucho más tranquilo que en Libia, disfrutando de la paz del campo y aportando mi granito de arena al desarrollo rural".
Campos de producción de Trufa de la Vega en la Serranía de Cuenca. / www.trufadelavega.com
Campos de producción de Trufa de la Vega en la Serranía de Cuenca. / www.trufadelavega.com
Apuesta por la trufa y el desarrollo rural
La trufa negra (Tuber melanosporum), protagonista de su proyecto, requiere paciencia y dedicación. "Es un cultivo que tarda años en dar sus frutos", comenta Hinarejos. "Pueden pasar entre 7 y 10 años hasta que la producción se estabiliza, lo que echa para atrás a muchos. Pero si sigues los trabajos y las pautas adecuadas, al final llega la recompensa".
En Alcalá de la Vega, la trufa silvestre ha sido un recurso tradicionalmente explotado por recolectores de otras zonas, como Teruel. "Hablando con la gente mayor del pueblo, descubrí que siempre había habido trufa silvestre aquí", señala.
"Eso me dio la confianza para invertir en fincas, maquinaria y todo lo necesario para mecanizar el proceso y asegurar una producción estable. Sin embargo, el cambio climático está afectando a la trufa silvestre, lo que hace que cada vez sea más importante contar con plantaciones controladas y sistemas de riego eficientes”.
El producto de Trufa de la Vega. / www.trufadelavega.com
El producto de Trufa de la Vega. / www.trufadelavega.com
Turismo, gastronomía y productos gourmet
Además del cultivo de trufa, Trufa de la Vega también apuesta por la diversificación a través del trufiturismo. "Queremos que la gente conozca de primera mano el proceso de recolección con perros entrenados y disfrute de la experiencia", comenta. "Es una forma de dar valor a lo que hacemos y de generar interés por la trufa".
La empresa también comercializa productos gourmet como aceite y sal trufada, e incluso ha experimentado con la creación de resolí trufado, una innovación que aún está en desarrollo. "Queremos seguir incorporando productos, pero lleva tiempo y esfuerzo", admite. "Es importante hacer pruebas hasta dar con la calidad adecuada y que el público los valore".
Carlos Hinarejos participó en la pasada edición de Madrid Fusión de la mano de 'Donde nacen los sabores', CEOE Cepyme Cuenca y la Diputación de Cuenca. / Paco
Carlos Hinarejos participó en la pasada edición de Madrid Fusión de la mano de 'Donde nacen los sabores', CEOE Cepyme Cuenca y la Diputación de Cuenca. / Paco
Un impacto positivo en el territorio
Para Hinarejos, su proyecto no es solo un negocio, sino una forma de contribuir al desarrollo del medio rural. "Un pueblo como Alcalá de la Vega, sin grandes servicios, necesita iniciativas que generen actividad", afirma. "Todo lo que hacemos tiene un impacto indirecto en casas rurales, restaurantes y turismo. Si conseguimos que más gente apueste por la trufa, será beneficioso para todos".
La empresa participa en iniciativas como el sello "Donde nacen los sabores" y el programa de aceleración de startups Go Work, con el objetivo de posicionar Alcalá de la Vega como un referente en el mercado de la trufa y el turismo gastronómico. "Nos gustaría que se reconociera el potencial de la trufa en España, como ocurre en Francia o Italia", lamenta. "Aún falta mucha divulgación y apoyo institucional para que este sector crezca como merece".
Actividades de trufiturismo organizada por Trufa de la Vega. / Paco
Actividades de trufiturismo organizada por Trufa de la Vega. / Paco
Balance de campaña
Con una campaña que está llegando a su fin, Hinarejos hace balance. "Depende de muchos factores, como la ubicación, la cantidad de lluvia o los trabajos previos que hayas hecho", explica. "Para nosotros ha sido positiva, porque seguimos cuidando cada detalle para garantizar una buena producción".
De sumergirse en aguas profundas a buscar tesoros bajo tierra, Carlos Hinarejos ha cambiado de escenario, pero no de pasión. "Al final, he cambiado el mar por la tierra", dice entre risas. "Pero sigo buscando lo que está oculto, con la misma ilusión y dedicación".
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...
