“Moverse es estar vivo”, la bailaora conquense Virginia Gª Vicente comparte su música favorita

Cuenca

Virginia García Vicente, bailarina, coreógrafa y profesora de danza, se ha acercado al programa Hoy por Hoy Cuenca para compartir la música que ha marcado su vida en la sección El Baúl de las Canciones.

Nacida en Cuenca, comenzó su formación en la ciudad antes de trasladarse a Madrid en 2002, donde compaginó su carrera artística con estudios en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Autónoma. Ha estudiado con grandes nombres del flamenco como Antonio Najarro, Israel Galván y Antonio El Pipa.

La primera canción que eligió para el programa fue Un clavel de Rocío Jurado, un tema con el que tiene una conexión muy especial: "Fue la primera canción que empecé a cantar. Me acuerdo perfectamente con dos años ya cantándola". Virginia recordó que su abuela y su madre la cantaban en casa y que incluso la grababan con un radiocasete. Aunque la música siempre ha estado presente en su vida, finalmente se inclinó por el baile: "Cantar me falta un poco la voz", comentó entre risas.

El poderío

Sobre sus referentes en el mundo del flamenco, mencionó a grandes figuras como Rocío Jurado, Lola Flores y Marisol: "Ese poderío, esa destreza, ese dominio de lo que estaban haciendo y, aparte, esa libertad emocional, ese raudal de arte y de arrojo... Para mí han sido referentes no solo a nivel artístico, sino personal".

Al hablar de su pasión por la danza, Virginia explicó que desde pequeña sintió la necesidad de expresarse a través del movimiento: "Lo hacía mucho en casa con mis hermanos y mis padres". También reflexionó sobre la presión social y familiar a la hora de elegir una carrera: "Hay un poco ese ego social que necesita que te dediques a algo conocido, pero creo que no nos han enseñado a privarnos de nosotros mismos".

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Con el tiempo, decidió escucharse a sí misma y seguir su verdadera vocación: "Me he ido dejando hacer, dedicándome a lo que quiero aportar al mundo a través del cuerpo y la danza".

La música tradicional también influyó en su trayectoria: "Las fiestas de los pueblos de Huélamo han sido clave. Ahí salía esa necesidad de conocer el cuerpo y buscar el disfrute".

A pesar de haber estudiado Administración y Dirección de Empresas, reconoció que la formación le ha sido útil en su carrera como autónoma y emprendedora: "Mis padres siempre han sido empresarios y, aunque en su momento pensé en estudiar psicología o teatro, ADE me permitió organizarme para poder bailar por las tardes".

Sevillanas y castañuelas

Virginia también compartió su amor por las sevillanas y las castañuelas, destacando la importancia del lenguaje corporal en la danza: "Las castañuelas son un instrumento muy español, se tocan de distintas maneras según el estilo". Mencionó que su propia escuela de danza se llama Riá pi ta, nombre que eligió sin darse cuenta inicialmente de su conexión con este instrumento.

El baile

Sobre su experiencia trabajando con grandes nombres del flamenco, destacó la influencia de Elvira Andrés, mano derecha de Antonio Gades: "Me enseñó que a través de la danza se pueden contar historias sin palabras". También recordó un consejo clave de sus maestros: "Siempre decían que el brazo tiene que ir un poco antes que el resto del cuerpo, y eso coordina todo el movimiento".

Finalmente, Virginia subrayó la importancia de la danza como forma de expresión y crecimiento personal: "Moverse es estar vivo, y lo que más vamos a aportar al mundo es lo que realmente nos hace felices".