Patrimonio vivo: la ingeniería hidráulica andalusí a orillas del río Turia
El sistema de riego con acequias y canales, los molinos hidráulicos, los lavaderos y las más recientes centrales hidroeléctricas han sabido aprovechar el agua como un recurso sostenible
Patrimonio vivo: la ingeniería hidráulica andalusí a orillas del Turia
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Cuenca
La ingeniería vernácula del municipio valenciano de Gestalgar es un testimonio del conocimiento ancestral aplicado a la gestión del agua, adaptando el entorno a las necesidades de la comunidad. Ubicado en la Serranía Valenciana, a orillas del río Turia, este pueblo posee un sistema hidráulico heredado de la época andalusí, que permitió el desarrollo de una economía agrícola productiva.
“Para comprender la complejidad del patrimonio hidráulico de Gestalgar, es fundamental considerar los factores culturales, históricos y ambientales que lo conforman”, como nos ha explicado Eduardo Bollo, de Vestal Etnografía, en el espacio La memoria de la tierra que emitimos los miércoles cada quince días en Hoy por Hoy Cuenca.
La población se sitúa en un meandro del Turia, en un punto donde el río comienza a calmarse, facilitando su aprovechamiento para el riego. En su historia, han existido tres núcleos de población en distintas épocas: la actual villa de Gestalgar, de origen andalusí; la primera villa ibero-romana de Los Yesares, en la margen derecha del río; y La Andenia, una antigua alquería situada más al sur, cerca de Bugarra.
Vista del pueblo valenciano de Gestalgar desde Los Yesares, destacando el meandro que el Turia dibuja a su paso. Foto: Vestal
Vista del pueblo valenciano de Gestalgar desde Los Yesares, destacando el meandro que el Turia dibuja a su paso. Foto: Vestal
Las acequias
El sistema de acequias de Gestalgar es el elemento más significativo de su patrimonio hidráulico. “Se trata de un diseño arborescente de origen andalusí, donde una acequia madre distribuye el agua a través de ramificaciones, garantizando un riego eficiente en la vega”, explica Bollo.
“La acequia principal, llamada acequia del Lugar, toma el agua desde un azud en la garganta del Estrecho de los Azudes. Este sistema ha permitido el riego de unas 30 hectáreas de cultivos históricamente”.
“En la margen derecha del Turia, aunque los asentamientos han desaparecido, todavía se conservan vestigios de las acequias del Rajolar y del Olivar, que también responden a un diseño andalusí. En La Andenia, el riego se realizaba a través de un sistema de balsa, donde el agua se almacenaba desde un manantial para ser distribuida posteriormente a las huertas”, explica Bollo.
Tramo de la Acequia del Lugar a la derecha de la imagen. Fuente: 'Gestalgar, imágenes y memoria de un pueblo', trabajo desarrollado por la Asociación amigos y amigas de Gestalgar.
Tramo de la Acequia del Lugar a la derecha de la imagen. Fuente: 'Gestalgar, imágenes y memoria de un pueblo', trabajo desarrollado por la Asociación amigos y amigas de Gestalgar.
El sereno
Un aspecto curioso de la gestión del riego en Gestalgar era la figura del sereno. “Sin relojes o despertadores modernos, los vecinos señalaban en las puertas con rayas o piedras la hora en que debían despertarse para regar sus parcelas”, explican desde Vestal Etnografía. “Este sistema demuestra la organización comunitaria en torno al aprovechamiento del agua, fundamental en una época en la que los recursos debían administrarse con precisión”.
Molinos hidráulicos
Otro de los elementos característicos del patrimonio hidráulico andalusí es el aprovechamiento máximo del agua. En Gestalgar, además del riego, el agua se usaba para alimentar molinos hidráulicos que transformaban el cereal en harina. “En el siglo XIX se documentaron tres molinos: el molino de la Concepción, que aún se conserva, y los desaparecidos molinos del Manco y de Martín”, detalla Bollo. “El molino de la Concepción, de probable origen medieval, se menciona en documentos del siglo XVII. Estos molinos reflejan la importancia de la energía hidráulica en la vida cotidiana de la época”.
Los lavaderos
Los lavaderos también formaban parte de la infraestructura hidráulica del pueblo. “Alimentados por la acequia del Lugar, dos lavaderos prestaban servicio a la comunidad”, explica Bollo.
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“El primero, en el paseo de los Chorros, fue reformado tras la riada de 1957 y sigue en pie. El segundo, en el camino del puente, ha desaparecido”.
“Las mujeres solían acudir a estos lavaderos para limpiar utensilios y, en ocasiones, también a la propia acequia. Para lavar la ropa, sin embargo, se desplazaban hasta la fuente Grande, donde el agua salía más templada. Allí, se reunían en grupo, lavaban juntas y tendían la ropa antes de regresar a sus casas. Este proceso, que podía durar toda la mañana, incluía un almuerzo compartido entre las vecinas”.
Antiguo lavadero, en la década de 1950. Fuente: 'Gestalgar, imágenes y memoria de un pueblo', trabajo desarrollado por la Asociación amigos y amigas de Gestalgar.
Antiguo lavadero, en la década de 1950. Fuente: 'Gestalgar, imágenes y memoria de un pueblo', trabajo desarrollado por la Asociación amigos y amigas de Gestalgar.
La importancia del agua en la vida cotidiana de Gestalgar se refleja en la organización social en torno a ella. Desde el riego de los cultivos hasta el funcionamiento de molinos y lavaderos, la comunidad dependía de estos ingenios hidráulicos para su subsistencia.
A pesar de los avances tecnológicos, estos sistemas vernáculos siguen siendo un testimonio del conocimiento acumulado a lo largo de los siglos, un legado que aún puede apreciarse en el paisaje y la historia de Gestalgar.
Paco Auñón
Director y presentador del programa Hoy por Hoy Cuenca. Periodista y locutor conquense que ha desarrollado...
