Miguel Pozuelo, mejor MIR de Castilla-La Mancha: “Prefiero calidad de vida”

Cuenca

Miguel Pozuelo, un joven de 24 años y natural del barrio Fuente del Oro en Cuenca, ha logrado la mejor nota en el examen MIR de Castilla-La Mancha y la duodécima mejor puntuación en toda España. Su brillante trayectoria académica comenzó con un 13,5 en la Selectividad, lo que le permitió estudiar Medicina en la Universidad de Castilla-La Mancha, en la Facultad de Albacete. Ahora, tras superar el MIR, se encuentra en el proceso de elección de especialidad y hospital donde realizar su residencia.

Su vocación por la medicina surgió en el instituto. En cuarto de la ESO aún no tenía claro su futuro, pero en primero de Bachillerato se decantó por la anatomía humana, lo que fue el detonante de su decisión.

"Me di cuenta de que me gustaba mucho y dije: 'Si me gusta la biología y el cuerpo humano, ¿por qué no estudiar medicina?'". Durante la carrera, varios profesores dejaron huella en su formación, como Julio Esquiva en genética, Rafael Luján en histología y Pedro Cascales en cirugía general”, como nos ha contado en una entrevista en Hoy por Hoy Cuenca.

Esfuerzo y organización

El camino hasta conseguir un puesto tan alto en el MIR ha requerido esfuerzo y una organización meticulosa. "El MIR se dividió en cuatro vueltas y en cada una estudiábamos más. En la última, mi jornada era de 8.00 a 2.00 h y de 15:30 a 10.00 h, con descansos cada 40 minutos". Además, destaca la importancia de la planificación a largo plazo y el uso de herramientas tecnológicas: "Muchas personas estudian muy poco durante sexto, pero yo aproveché esa primera vuelta completamente y usé la inteligencia artificial para mejorar mi estudio". Explica que “empleaba IA generativa de imágenes para asociar visualmente conceptos médicos, lo que me ayudó a memorizar mejor los contenidos”.

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Equilibrio entre estudio y vida personal

A pesar de su éxito académico, Miguel también aprendió la importancia del equilibrio entre estudio y vida personal. "En primero de carrera me pasé de revoluciones estudiando, pensaba que cuanto más estudiara, mejores notas sacaría, pero estaba equivocado. Descansar, salir con los amigos y hacer deporte mejora el rendimiento”.

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Uno de los momentos más duros de su formación fue tercero de carrera, cuando los confinamientos por el covid complicaron la enseñanza y redujeron la interacción social. "No podía salir mucho y me pasaba horas estudiando con la mascarilla puesta. Fue complicado”, recuerda.

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El MIR y la especialidad

El día del examen MIR fue intenso y cargado de nervios. "Empecé muy nervioso, pero salí contento". A pesar de su excelente nota, no esperaba un resultado tan alto: "Sabía que iba a ser bueno, pero no tanto". Ahora, en la fase de decisión, ya tiene casi clara su especialidad: endocrinología. "Parece que cardiología la tengo en segundo plano. Me gusta la consulta, la fisiopatología y la parte analítica de endocrinología". Además, su personalidad también ha influido en su elección: "Soy más de consulta tranquila, pensando con tiempo, que de correr a atender un infarto o una arritmia".

El destino

En cuanto a su destino para la residencia, prefiere un lugar con buena calidad de vida y conexión con Cuenca. "Madrid no creo que sea mi sitio, estoy pensando en Comunidad Valenciana, Castilla-La Mancha o Castilla y León". Considera clave estar en una ciudad con AVE para visitar a su familia.

Sobre la posibilidad de ejercer en Cuenca en el futuro, lo deja abierto: "La vida da muchas vueltas y podría volver. Hay un hospital nuevo, pero no sé dónde estaré en cinco años".

Por último, reflexiona sobre la falta de médicos en provincias pequeñas como Cuenca, un problema del que ha oído hablar en sus prácticas. Aunque aún no está involucrado en el mundo laboral, es consciente “de la dificultad de atraer profesionales a estas zonas”. Su futuro aún está por decidirse, pero su pasión y disciplina auguran una exitosa carrera en la medicina.