Más cine y más cultura
La firma de opinión de la periodista y presidenta de la Asociación de la Prensa de Albacete, Loli Ríos Defez
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'Más cine y más cultura', la firma de Loli Ríos
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Albacete
Un barreño de palomitas y coca cola como si no hubiera un mañana es la equipación básica anual que necesito para ver la gala de los Goya. La cafeína y las palomitas (que me como de una en una, lentamente, para que duren y duren como las pilas), son para no quedarme durmiendo en el sofá. No me duermo porque me aburra, al menos no con la gala de este año, sino porque el sueño viene siempre cuando me relajo y estoy tan a gusto, el muy traidor.
El caso es que el sábado, además de las palomitas, tuve muchos más motivos para mantenerme despierta. Dos Goya, dos, se vinieron, de alguna manera, a Albacete: el que premiaba al mejor corto documental, que ganó “Semillas de Kivu”; y el de corto de animación, que cayó en “Cafuné”. Ninguno de los dos trabajos se rodó aquí, ni había albaceteños en el equipo, ni nada parecido, no quiero barrer tanto para casa, pero los dos agradecieron en sus discursos la oportunidad que les dio Abycine y Amnistía Internacional Albacete cuando los eligieron como ganadores del Concurso de Proyectos de Cortometrajes sobre Derechos Humanos.
Ese premio es fundamental para que esos proyectos se conviertan en realidad, y después ganen Goyas, y su mensaje llegue más lejos, y den a conocer violaciones de derechos humanos, y pongan su granito de arena para luchar contra las injusticias, y, ya de paso, demuestren la calidad del festival que se hace aquí y del buen ojo que tienen los que eligen a los ganadores del concurso de Aministía y los que programan, en general.
Escuchar ese agradecimiento de los ganadores me emocionó y ahuyentó al sueño un buen rato. Por cierto, que el que se quedó sin estatuilla fue el barrajeño Juan Vicente Castillejo por su “Los 30 no son los nuevos 20”. No se llevó el “cabezón”, pero fue ganador, porque estar nominado era una victoria. Otra vez desde aquí mi enhorabuena a Juanvi y mi admiración por su trabajo.
El caso es que, un rato después del subidón, me dormí. Fue cuando el presidente de la academia, Fernando Méndez-Leite, hizo su discurso. Y que quede claro que fue un discurso corto y, en mi opinión, acertado y brillante (lo sé porque lo escuché al día siguiente completo), pero me dormí porque me duermo y ya está. Es una batalla que siempre gana el mismo, el sueño, que hace conmigo lo que le da la gana: cuando quiero estar despierta, me funde, y cuando quiero dormir, huye. Así que no me enteré de los premios importantes hasta el día siguiente, cuando retomé lo que me faltaba de gala. Sí, muy emocionante y sorprendente el doble Goya a Mejor Película, y muy acertados los premios a actrices y actores.
Pero me quedo con la mejor película Europea. Bravo por Emilia Pérez y, sobre todo, bravo por los representantes de las distribuidoras de la película en España, que fueron los que recogieron el premio y nombraron sin miedo a Karla Sofía Gascón, para rechazar el fuerte castigo al que está sometida, incluyendo el de la propia Netflix. Yo sé lo que opino de sus tuits, pero también tengo claro que su trabajo es magnífico, que ha pedido disculpas y que el linchamiento no está justificado. Por eso me uno a las palabras de Miguel Morales y Enrique Costa en el escenario de Granada: “Ante el odio y el escarnio, más cine y más cultura”.
Hoy por Hoy Albacete (19/02/2025)
01:40:00
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