La noche toledana podría contar con hasta tres terrazas en La Peraleda durante el verano

El recinto ferial de La Peraleda en Toledo podrá volver a albergar hasta tres terrazas de verano. Todo ello, después de que el verano pasado únicamente operase un solo establecimiento de ocio nocturno, mientras que en años anteriores había dos negocios diferentes de este tipo. Sin embargo, hace años, estuvieron ejerciendo la actividad de terraza tres negocios distintos en esta misma zona de la capital.

Con ello, el Ayuntamiento de la ciudad ha comenzado la licitación para instalar otras dos terrazas veraniegas, una vez que el consistorio toledano ha recuperado el uso de este terreno, que, con anterioridad, había sido cedido gratuitamente a la Guardia Civil para construir el nuevo cuartel.

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Sin embargo, esa opción se acabó desechando al tratarse de una zona inundable y al afectar la edificación al cono visual del Casco Histórico. Por ello, ahora, ese espacio se buscará que albergue dos terrazas.

Dos terrazas que, una de ellas, no cuenta con ninguna construcción o edificación realizada, por lo que la empresa concesionaria tendrá que acometer diferentes actuaciones para poner en marcha dicho negocio. Una adjudicación que será por un periodo de un año, con la posibilidad de prorrogar el contrato un año más.

En concreto, una de esas terrazas cuenta con una superficie de 1.900 metros cuadrados, mientras que la otra tiene una extensión de 1.300 metros cuadrados. Eso sí, en ambos casos, las empresas que exploten esas terrazas tendrán que hacer un desembolso de casi 3.000 euros a la empresa Tagus para engancharse a la red de agua potable.

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Medidas para mitigar los ruidos

Además, las empresas que gestionen estas dos terrazas tendrán que acometer diferentes medidas para mitigar los ruidos que puedan generar a los vecinos, por ejemplo, de la zona de San Pedro el Verde.

Para ello, cada terraza deberá de contar con una pantalla acústica en el frontal de la "fachada" (la que está orientada hacia la zona del río Tajo). También, tendrán que contar con un limitador de decibelios en los equipos de audio que se instalen. De hecho, se exige un "estudio previo (estudio de campo) para evaluar y caracterizar los niveles de ruido que llegan a la ciudad".