Ocho décadas manteniendo el legado del abuelo Saleta: elaborar queso artesano
'Raíces, memorias de vida' es una ventana abierta a las historias personales que se esconden tras las empresas más relevantes de nuestra región
Raíces | 80 años de Quesos Saleta
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El abuelo Eusebio fue el gran culpable: él comenzó a hacer queso de forma artesanal en su modesta ganadería. Con un número reducido de cabezas, empezó a fabricar "poquito a poco" y llegó a gustar tanto que por sus producciones había lista de espera. Con el paso de los años, esa historia que comenzó el abuelo Eusebio y tras mucho trabajo y dedicación, 'Quesos Saleta' ha llegado a ser una quesería referente.
El nombre proviene del bisabuelo Saleta que, al ser tan poco común, pasó a ser el mote familiar. El éxito no es cosa de un día, sino el fruto de ocho décadas de trabajo. Con el paso de los años, su hijo Ángel junto a Mariana -que ostenta la actual dirección- decidieron convertir esta pasión en un negocio. Empezaron a hacer queso en la finca, calentando la leche en una chimenea, y dándole forma con pleitas de esparto y el banco de madera, como se hacía tradicionalmente.
Para dar un buen porvenir a sus hijos, y no con poco sacrificio, en el 2004 construyeron en Bolaños de Calatrava (Ciudad Real) unas nuevas instalaciones más amplias y más modernizadas, donde siguieron con la tradición familiar y ya los hijos tomaron las riendas del negocio, como Ángeles, que ha pasado por 'La Ventana de Castilla-La Mancha' junto a su madre.
Ahora esas instalaciones les permiten dar respuesta a toda la demanda que tienen. Una demanda que pasa también gracias a las distinciones y premios que han recibido. Ellos intentan mantener la misma fabricación, de la manera más artesanal posible aunque es cierto que antiguamente la leche se calentaba en cántaras al lado de la lumbre y, ahora, son cubas higiénicas pero, por lo demás, "todo sigue igual". No usan conservantes, ni colorantes: solo el cuajo, fermento y sal.
Desde hace más de ocho décadas, elaboran los quesos cuidando cada detalle del proceso. Con técnicas heredadas, manteniendo la calidad y el sabor auténtico de la tradición. En cada pieza, en cada queso, está la dedicación y el orgullo de un legado familiar.