Los intentos de suicidio se han reducido en casi un 15% en Albacete, en los casos de adolescentes ingresados

Albacete

En 2022 hubo 85 jóvenes de entre 15 y 29 años que se provocaron un intento autolítico, aquí en Albacete. Y en 2023 esta cifra bajó hasta los 73, según nos ha contado en Radio Albacete la responsable de Salud Mental del SESCAM en Albacete, María Jesús Montes.

En Hoy por Hoy Albacete desde el 01:09:40.

La cifra de suicidios en pacientes también ha descendido, pero menos. Esa bajada fue del 6.5% según Montes, que también habla de un descenso de la cifra de personas con depresión. Eso sí, un descenso, de momento, más lento de lo que le gustaría.

La práctica de ejercicio físico y una alimentación saludable, o el manejo del estrés, son algunos de los mecanismos previos para prevenir los cuadros de depresión antes de que requieran un abordaje especializado.

El día 13 de enero se celebró el Día Mundial de lucha contra la Depresión

Un trastorno mental que afecta a millones de personas en todo el mundo. Con la proclamación de este día se pretende sensibilizar, orientar, prevenir y orientar a la población sobre esta enfermedad que afecta a millones de personas en todo el mundo. En los últimos años, se ha observado un aumento alarmante en la incidencia de la depresión, especialmente entre los jóvenes. Se estima que afecta a más de 300 millones de personas en el mundo, siendo más prevalente en mujeres que en hombres.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la depresión es la principal causa mundial de discapacidad y contribuye de forma significativa a la carga global de morbilidad. Entre los principales rasgos característicos de la depresión se destacan tristeza permanente, pérdida de interés o placer en las actividades de la vida cotidiana (anhedonia), aislamiento, trastornos del sueño y del apetito, falta de concentración y sensación de cansancio. No se trata de un simple decaimiento emocional, sino de una condición grave que puede llevar al desarrollo de otras enfermedades como el estrés, las fobias, la ansiedad y los trastornos obsesivos. En los casos más severos, incluso puede conducir al suicidio. En este trastorno mental se requiere atención médica especializada para su oportuno diagnóstico y tratamiento.

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Así es la nueva campaña de prevención del suicidio de Albacete

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Explica la catedrática Ascensión Palomares: "Nos preocupa que la depresión esté aumentando significativamente en los más jóvenes. En efecto, la depresión es más común en adolescentes y jóvenes adultos, especialmente entre 15 y 24 años. Además, los jóvenes que pertenecen a minorías étnicas, comunidades LGBTIQ+, o aquellos que enfrentan problemas socioeconómicos son más propensos a experimentar depresión". Diversas investigaciones revelan que las personas con antecedentes familiares de trastornos mentales tienen un mayor riesgo de desarrollar depresión.

Resulta necesario subrayar que, los jóvenes enfrentan una presión constante para sobresalir en la escuela, en las redes sociales y en sus relaciones personales. Esta presión puede generar sentimientos de insuficiencia y ansiedad, que a veces se traducen en depresión. A pesar de estar más conectados que nunca a través de la tecnología, muchos jóvenes experimentan un aislamiento social. La falta de interacciones cara a cara puede contribuir a la soledad y a la depresión. En el futuro, la falta de conexiones significativas y el aumento del uso de las redes sociales podrían intensificar estos problemas, incrementando la incidencia de la soledad y la depresión.

En la actualidad, las familias se enfrentan a numerosos desafíos como el divorcio, la inestabilidad económica, dificultades con la vivienda, problemas laborales y otros factores estresantes que pueden afectar a la salud mental de sus miembros. Igualmente, el acceso y exposición constante a noticias negativas, especialmente las relativas a violencia e injusticias sociales que evidencian una imagen de corrupción de los máximos dirigentes de instituciones públicas, genera un ambiente de desconfianza y frustración. La comparación constante con vidas idealizadas mostradas en redes sociales también suele tener un impacto negativo en la autoestima y el bienestar emocional de los jóvenes.

La educación para la salud y la convivencia en las escuelas tiene un papel fundamental en la prevención y formación del alumnado para tener una información completa del tema y alertarles para saber cuándo y cómo deben buscar ayuda. Para ello, es imprescindible crear un entorno positivo en el que educadores, padres y amigos estén dispuestos a escuchar y apoyar, para que los jóvenes puedan comunicarse y expresar sus problemas y emociones. Resulta muy importante que aprendan habilidades de afrontamiento y resiliencia para que puedan manejar las adversidades y el estrés, unido a una alimentación equilibrada, hábitos de sueño saludables y desarrollo de actividades físicas.

Para prevenir y tratar la depresión, tanto en jóvenes como en adultos, es fundamental garantizar un acceso oportuno y adecuado a los servicios de salud mental, como terapias y tutorías. Actualmente, se están implementando programas en algunos centros educativos que enseñan a los jóvenes cómo gestionar las emociones y habilidades de afrontamiento y a desarrollar una cultura de apoyo mutuo. Además, se deben generar servicios de apoyo psicopedagógico para que interactúen en grupos de apoyo, talleres y actividades curriculares que promuevan la comunicación social. Estas iniciativas deben incluir espacios seguros donde los jóvenes puedan expresarse creativamente a través del arte, la música o el deporte, ya que estas actividades son una forma eficaz de liberar tensiones y mejorar su bienestar emocional.

Siempre que sea posible, es importante que se realicen talleres y se proporcionen recursos para padres y madres orientados a desarrollar habilidades para apoyar con efectividad a sus hijos en momentos difíciles. La educación familiar puede ser clave para detectar signos de depresión y fomentar un ambiente de apoyo.

Nos inquieta el alarmante aumento de la depresión en los jóvenes y las consecuencias muy negativas que conlleva para el futuro de la sociedad, dado que una mayor incidencia puede afectar a una disminución de la productividad laboral y, consecuentemente, en la economía general. Además, supondrá un aumento de costos en salud, afectando al sistema de salud pública, que ya se encuentra muy saturado y con graves problemas para dar respuesta a la ciudadanía.