El sector porcino de Castilla-La Mancha cierra un año complicado por los aranceles chinos y la subida de costes

Ciudad Real

Durante estos días la gastronomía va a estar muy presente, y entre los productos que más protagonismo van a tener está la carne de cerdo y los embutidos y jamones. Un sector en el que Castilla-La Mancha también es uno de los principales productores a nivel nacional.

Una industria, la nacional, de las principales a nivel mundial y que aporta el 9,5 del PIB industria, más de 415.000 puestos de trabajo y realiza exportaciones a 130 países de los cinco continentes por valor de 8.000 millones de euros. Dentro del cómputo nacional, Castilla-La Mancha es la tercera productora en valor y la cuarta en volumen: supone el 7,5 por ciento de la producción española.

Alberto Herranz, director de Interporc, la Organización Interprofesional Agroalimentaria del Porcino de Capa Blanca, pone el foco en el cumplimiento por parte de la industria de la normativa europea en materia de bienestar animal, protección de medio ambiente, seguridad alimentaria y economía circular. Unos estándares de calidad que permiten al sector ser una gran potencia exportadora.

Además, destaca, gran parte de la repercusión económica llega a las zonas rurales, en muchos casos afectadas por la despoblación.

Finaliza un año duro para el sector, principalmente por la posibilidad de que se pusiesen aranceles para llegar al mercado chino, uno de los principales, y por la subida de los costes. Ahora están expectantes ante la llegada de Trump al gobierno estadounidense y la imposición de tasas para entrar en este mercado.

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