Cáritas regional atendió en 2023 a más trabajadores pobres y migrantes irregulares que huyen de las guerras

Toledo

Cáritas en Castilla-La Mancha ha presentado este martes su Memoria de trabajo y actuaciones durante el año 2023 en la región -en Cáritas Diocesana de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Sigüenza-Guadalajara y Toledo-. Lo ha hecho en el Salón de Concilios del Arzobispado de Toledo.

En total, han sido más de 65.000 personas beneficiadas en Castilla-La Mancha en un año donde la organización ha comprobado pobreza estructural, mayor brecha entre ricos y pobres, y más solicitantes nuevos. También, gente que tiene trabajo, pero que sigue siendo pobre. La subida de precios y la vivienda influyen en esto, según afirma Rosa García, presidenta de Cáritas en Castilla-La Mancha.

"Hemos visto cómo el hecho del empleo, que hasta ahora era una fuente o una seguridad para tener una vida más o menos organizada, está dejando de serlo así y hemos entrado en lo que llamamos los trabajadores pobres", destaca la presidenta. También apunta que "la inflación y la vivienda es un cóctel molotov que hace que la gente no llegue".

Sube también el estrés financiero, de gente que no puede pagar los altos precios del alquiler con su sueldo precario. Así como una población infantil y juvenil "en clara desventaja social".

Ascienden los migrantes que huyen de la violencia

Casi 23 millones de euros ha invertido la organización, el 61,35% son de fondos propios y privados y un 38,65% vienen a través de subvenciones o convenios con la Administración. Todo ello para trabajar con unas 19.951 personas en situación de acogida.

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También ha acompañado a 634 menores o a 224 mujeres a través de las cinco Cáritas Diocesanas de la región. Otro de los colectivos asistidos es el de las personas mayores en el mundo rural, algo que García ha calificado como "un reto".

Además, han aumentado en un 21,27 por ciento las personas atendidas con respecto a 2022. La mayoría, gente que nunca había requerido ayuda y migrantes en situación irregular.

Lo indica también Amador Casquero, coordinador de Cáritas en Castilla-La Mancha. Asegura que "cuando ya ves que ese incremento del 21% es nuevo, posiblemente son de muchas de estas personas que llegan nuevas, que son inmigrantes también que llegan a nuestras acogidas". Inmigrantes que, según Cáritas, "huyen de guerras, sequía y violencia en sus países".

La organización exige una renta mínima en Castilla-La Mancha

Se ha llegado a 3.811 personas desde los programas de Empleo y Economía Social, a 3.384 personas desde el programa de Personas sin Hogar; y a 3.737 personas migrantes para acompañarlas en trámites de documentación o cobertura de necesidades básicas, entre otros.

Por otro lado, 2.537 personas han pasado por los programas de Prisión, Exreclusos y Mediación Jurídica; se ha llegado a 1.218 personas mayores; y, desde el programa de Juventud, se ha acompañado a 883 jóvenes. Asimismo, el centro sociosanitario Hogar 2000 de Toledo y el Proyecto Siloé, en Ciudad Real, han atendido a 416 personas.

Fuera de sus fronteras, Cáritas ha ofrecido su acción social en 17 países diferentes, llegando a beneficiar a 50.020 personas a través de programas de cooperación al desarrollo. Por otro lado, una buena noticia: el voluntariado ha aumentado en 2023 en un 3,35%. Hay más personas comprometidas en ayudar.

En cuanto a los retos futuros, la organización ha exigido la renta mínima en Castilla-La Mancha, así como una política de vivienda social, una educación de calidad, el acompañamiento de mujeres vulnerables, sobre todo las que sufren violencia; así como la cooperación internacional.

Por otro lado, Cáritas también sitúa como retos el trabajar más en el cuidado de los mayores, llevar a cabo políticas de desarrollo rural o crear unos servicios sociales más accesibles para las personas.