La degradación política por bandera

Ciudad Real

El resurgir totalitario de algunos dirigentes políticos se acrecienta a medida que fenómenos supuestamente ‘liberadores’ como Milei vociferan en el escenario; sin importar las palabras ni los gestos. Insultan para menospreciar a corrientes ideológicas tradicionales. De forma burda, incluso barriobajera, se han alzado al poder en medio del descontento de jóvenes sin futuro o mercados financieros en quiebra. Este tipo de fenómeno ya ocurrió en el pasado. Justo antes de que Europa involucionase y cayese en el momento más negro de su historia, una crisis parecida dio paso a décadas de guerras mundiales.

No me extraña, por tanto, que este tipo de comportamientos se repitan a baja escala, a nivel local. En sedes como la del PSOE de Ciudad Real donde diariamente se permite el ‘acoso democrático’ de la protesta. A las puertas de unos comicios europeos, la batalla de los extremos aumenta en beneficio de aquellos que, supuestamente, están en contra de la construcción europea. La permisividad de ese marco que liberó a Europa de la oscuridad es aprovechado por los intolerantes para asaltar el poder. No ayuda, claro está, el victivismo ni la provocación de aquellos que quieren aprovechar el conflicto dialéctico en beneficio de una estrategia electoral. Se le pide a los empresarios que den un paso adelante, como lo han hecho en Alemania, para advertir de las advertencias del auge de los ultras, como si la moderación fuera un negocio. Empiecen por ustedes, los políticos. Solo la política nos sacará de su propia degradación