Se trata de la democracia
La firma de opinión de la periodista y Dra. en Comunicación, Ángela Paloma Martín
Ciudad Real
“España me saludó como un soldado de los de antes, llevándose el puño cerrado a la sien, y sus ojos me enseñaron que no había estado besando la bandera, sino limpiándose la cara con ella. Porque cuando salí a su encuentro, España estaba llorando”. Eso escribió Almudena Grandes en Inés y la alegría. Y ahora que Aroa Moreno ha escrito su biografía junto a las ilustraciones de Ana Jarén, solo pienso en cuántas mujeres a través de su arte y su talento no habrán defendido los pilares de la democracia misma. Porque, como también escribió Vilches de Frutos de la escritora Luisa Carnés, “la creación artística, el compromiso político y la lucha por los derechos civiles pueden ir juntos”.
En la historia de nuestro mundo siempre ha habido buenos y malos líderes. Sin embargo, en los últimos años, una corriente afilada se abre paso en nuestro sistema, destrozando los pilares de nuestra democracia tal y como la conocemos hoy. No dejo de pensar que es una amenaza que avanza a pasos de gigante, que ridiculiza el esfuerzo que hicieron nuestros padres y nuestros abuelos en el pasado, pero también de abuelos y padres de Europa, de Estados Unidos o de otros países de Latinoamérica. Ojo, también nos ridiculizan a nosotros y nuestro presente.
Todos somos conscientes de la polarización, del ruido ensordecedor de las críticas sin sentido, las descalificaciones constantes, los insultos hiperbólicos, las acusaciones sin presunción de inocencia, las noticias falsas... Y ese ruido es muy peligroso porque siempre tiene víctimas: las personas, la sociedad en su conjunto.
El clic en las redes sociales, la espera ansiosa del 'me gusta' cuando publicamos algo, los memes o las alertas consumen nuestro tiempo y controlan nuestro pensamiento. No hay tiempo para la reflexión, para la lectura sosegada, para el contraste, para el aprendizaje o para la interpretación de la información con el derecho a dudar.
Reflexionemos. Juegan a controlar lo que pensamos y lo que está en juego es la democracia misma y el futuro de nuestra sociedad.