Igualdad y abogacía

Albacete

El próximo día 8 de marzo se celebra el Día Internacional de la Mujer, ocasión de reafirmar la necesaria igualdad que debe presidir el desarrollo personal y la participación social de todos, de modo que no quepa duda alguna de la igualdad plena, real y efectiva, de mujeres y hombres.

La Abogacía Española, casi coincidiendo con esa conmemoración, celebra hoy, día 6 de marzo, sus Premios de Igualdad destinados a reconocer a quienes trabajan a favor de la igualdad de género.

El año pasado la Abogacía premió, entre otras mujeres, a Alfonsa Aragón, madre de mi amigo y compañero Ángel García Aragón, primera mujer en ejercer el cargo de juez en España en 1969, y propuesta en 1972 por la Sala de Gobierno de la Audiencia Territorial de Albacete como Juez Municipal de Lorca.

Este año se distingue a Teresa Peramato, Fiscal de Sala Delegada contra la Violencia sobre la Mujer.

No tuve la suerte de conocer a Alfonsa Aragón, pero, conociendo a su hijo Ángel, de quien también fue maestra, no me cabe duda de que fue una jueza y una abogada imponente.

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A Teresa Peramato si que he tenido la oportunidad de saludarla en distintas ocasiones. En mayo de 2023, nos visitó en Albacete a fin de dar una ponencia invitada por el Colegio de la Abogacía. Por la tarde, su presencia y su ponencia llenó los salones del Gran Hotel y nos impresionó con su conocimiento y con su gran capacidad para exponer cuestiones complicadas con una facilidad extraordinaria.

Pero algunos ya íbamos avisados. Antes de su intervención, tuvimos la oportunidad de departir con ella durante bastante tiempo, y allí, a todos los presentes, nos llamó poderosamente la atención su sencillez y, sobre todo, su humildad, esa cualidad que destaca a los mejores.

Estas mujeres tan relevantes, como las también premiadas la abogada Cerrillos o la jueza Luccioli, y tantas otras que día a día nos sirven de ejemplo, quizá pasen inadvertidas fuera de su ámbito profesional, pero sin duda su aportación y su trascendencia nunca vendrá determinada por su conocimiento por la ciudadanía, sino por su trabajo y dedicación diaria al servicio siempre de una causa mayor.

En una época en que se destaca a ciertas personas por cuestiones simplemente aparentes, otras verdaderamente valiosas, como las premiadas, a pesar de realizar una actividad fundamental para la sociedad, sólo son reconocidas en un reducido ámbito. Por otro lado, tampoco creo que les importe su relevancia mediática: su trabajo, su dedicación y compromiso es auténtico.

El ejercicio de la Abogacía se rige por principios y valores intemporales y con estos premios de Igualdad se reconoce, año tras año, a quienes los sirven a diario con la convicción de que su labor mejora el mundo que les rodea. Y eso es lo que hacen las premiadas por el Consejo General, nada más y nada menos.