Solidaridad ante el claro fracaso de una sociedad

Toledo

Escenas de mendicidad se repiten en nuestras posmodernas ciudades, en nuestros mantos de asfalto. Las protagonizan cientos y cientos de personas en la calle Preciados de Madrid, en las Ramblas barcelonesas o en la estación de autobuses de Toledo. Si preguntamos a una persona que pide cómo ha llegado a esa situación, seguramente se encoja de hombros y nos diga "la vida, la falta de trabajo, la enfermedad, la soledad..." Porque, ¿a quien le gusta recibir monedas en un vaso de plástico? Los rostros de la mendicidad sufren muchas consecuencias, entre ellas la invisibilidad. Muchos días pasamos al lado de un bulto alargado tirado en el suelo de un portal, o en un cajero automático o en en el banco de un parque. Apostados junto a las iglesias o supermercados...en la carretera esperando que el conductor no cierre la ventanilla y mire para otro lado o la que en nuestros días protagonizan también muchos inmigrantes.

Con todo lo anterior ha comenzado este jueves Macarena Alonso su sección 'La vida de las palabras' que llega cada jueves a 'Hoy por Hoy Toledo'. Tras leer el poema Mendigo de su primer poemario 'Cicatrices de esperanza' que acaba con estos versos:

"...El malogrado mendigo, sepultado en su desvarío

interpretaba día a día su triste historia,

mientras la gente que transitaba a su lado

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se cambiaba de acera..."

Solidaridad ha sido la palabra clave de una sección que ha querido poner el foco en la que ejercen muchas personas y asociaciones en Toledo, ejemplificadas en la ONG 'El socorro de los pobres' que desde hace muchas décadas reparte alimentos en la capital de Castilla-La Mancha. Con Reyes, una de sus voluntarias, hemos repasado la historias de esta organización creada en su día por Cipriano González "el mejor relaciones públicas de Toledo". Del trabajo que hacen cada a día, de como hay que visibilizar que muchas personas siguen pasando hambre "incluso siendo personas que trabajan, pero que no llegan para mantener a su familia".

Cada semana varias personas se encargan de organizar, reponer y entregar bolsas de alimentos a decenas de personas que hacen cola cada semana para recibir alimentos, ropa o incluso libros: "Recogemos de todo y no somos más que voluntarios". Porque no cuentan con profesionales como puedan ser psicólogos, trabajadoras sociales o administrativos...sino con la voluntad de quien quiere echar una mano. Es la solidaridad la que sigue moviendo un espíritu de ayuda que sigue presente porque está vigente la necesidad en nuestra sociedad.