Infartos, derrames y patologías no traumáticas suponen ya el 40 por ciento de los accidentes laborales en Castilla-La Mancha

Toledo

Castilla-La Mancha redujo la siniestralidad laboral en 2023 en un 12,3 por ciento. Según el último informe elaborado por la Viceconsejería de Empleo el año pasado se contabilizaron un total de 27.718 siniestros. De ellos, 236 fueron graves y 33 mortales, tres menos que el año anterior. Por provincias, la siniestralidad laboral bajó en todas excepto en Cuenca, donde aumentó un 2,4%. El mayor descenso se produjo en Toledo, con un 18 por ciento menos, seguida de Albacete, Ciudad Real y Guadalajara.

Preocupa el incremento de los infartos, derrames cerebrales y patologías no traumáticas, que están detrás de 13 de las 33 muertes del pasado año. Los sindicatos apuntan a factores psicosociales como el ritmo de trabajo, la exigencia, las condiciones de trabajo o la falta de previsibilidad de las tareas. Del total de víctimas mortales, 11 se debieron a choques, atrapamientos o contactos eléctricos. Las otras nueve muertes fueron accidentes de tráfico en jornada y son ocho más que el año anterior.

“Las personas trabajadoras están sufriendo las consecuencias de una deficiente gestión de los riesgos psicosociales y las condiciones laborales tienen influencia sobre su salud mental. Urge prestar atención a los enormes problemas de salud mental de la clase trabajadora que pueden venir derivados el estrés laboral, las tensiones, la presión del tiempo y las altas cargas de trabajo, y que están costando cada día más vidas”, remarca Javier Flores, secretario de Organización y Salud Laboral de UGT.

Comisiones Obreras y UGT valoran el esfuerzo que se está haciendo en Castilla-La Mancha para atajar este problema, con herramientas tan importantes como el Acuerdo Estratégico de Prevención de Riesgos Laborales 2022-2026, o la creación del Instituto de Seguridad Laboral. "Hay que implementar más medidas efectivas para revertir estas cifras", valora el secretario de Organización y Salud Laboral de UGT Castilla-La Mancha, Javier Flores, que pese al descenso advierte de la gravedad de las cifras.

"Hay una falta en la calidad de la prevención en la que no percibimos avances. Hay un elevado formalismo en el cumplimiento normativo pero no tanto una aplicación real de unas medidas preventivas", explica Raquel Payo, secretaria de Diálogo Social, Institucional y Salud Laboral de Comisiones Obreras en Castilla-La Mancha. “Tenemos que seguir luchando para hacer desaparecer la lacra de la siniestralidad laboral. Es cierto que los datos mejoran en nuestra región pero lo hacen a un ritmo muy lento", añaden desde UGT.

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Más atención a la salud mental

Y es que Castilla-La Mancha es la cuarta comunidad con el mayor índice de siniestralidad laboral. Flores incide en la necesidad de crear la figura del delegado territorial de prevención para llegar a todas las empresas. "Es un hecho objetivo que en las empresas sindicalizadas hay menos accidentes laborales. Hay que poner en marcha la figura del delegado territorial de prevención que asesore en materia de seguridad y salud en el trabajo a las pymes y micropymes donde no hay representación de las personas trabajadoras”.

Comisiones Obreras añade también la infradeclaración del cáncer de origen laboral. De los 12.500 casos de cáncer detectados en Castilla-La Mancha en 2023, 662 serían atribuibles, según el sindicato, a agentes cancerígenos, aunque sólo dos fueron reconocidos como de origen profesional. Payo pide a las empresas detectar y eliminar los agentes que los provocan y recuerda que la infradeclaración de este tipo de casos hace que su coste sea asumido por el sistema de salud público y no por las mutuas colaboradoras de la Seguridad Social.

"Seguimos estando muy arriba pero estamos en un camino de descenso. El Acuerdo Estratégico contiene medidas que van viendo la luz y que pueden explicar esta minoración pero queda mucho por hacer. Los 33 accidentes mortales de 2023 son la cara más dramática de esta situación y demuestran que tenemos que seguir trabajando de forma insistente, especialmente en los siniestros que son prevenibles y que tienen su origen en causas materiales, y en los que tienen detrás riesgos psicosociales", asegura Payo.