Los 2.000 años de historia del vino de Valdepeñas en un libro
‘Los vinos de Valdepeñas a través de sus bodegas’ del periodista José Luís Martínez, hace un recorrido por la historia enológica de la Ciudad del Vino: Desde el Cerro de las Cabezas y las bodegas romanas al momento actual
Ciudad Real
El periodista José Luís Martínez ha recogido la historia enológica de Valdepeñas en el libro ‘Los vinos de Valdepeñas a través de sus bodegas’. Cerca de 800 páginas a través de la cultura enológica de esta localidad que nos ha contado en 'Entre vinos'.
Nuevo episodio de Entre Vinos: José luís Martínez nos habla del libro 'El vino de Valdepeñas a través de sus bodegas'
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Un recorrido que comienza en el Cerro de las Cabezas, la ciudad íbera donde surgió el germen de la actual Ciudad del Vino, donde se encontraron unas pepitas de uva, que aunque no garantizan la elaboración de vino si corroboran el cultivo de la vid entre los siglos VII y IV a.C. También se refiere a los vestigios de dos bodegas de época romana en el entorno de El Peral y del barrio de Consolación, que si evidencian la tradición vitivinícola de la zona.
La apertura del Camino Real, hacia 1761, que unía Valdepeñas con Madrid, y del Paso de Despeñaperros, hacia Andalucía y el poblamiento de esa zona ayudaron a consolidar el mercado histórico de Valdepeñas, que se vería beneficiado, un siglo más tarde, de la apertura del denominado “Tren del Vino”, que, desde 1861, partía diariamente hacia Madrid con 25 vagones con tableros móviles repletos de pellejos de buen morapio valdepeñero.
Al margen de las bodegas ubicadas en casas solariegas de los siglos XVI y XVII y de la actividad de nobles de la época como el Marqués de Santa Cruz, el Marqués de Mudela, el Conde de Casavaliente, el Marqués de Benemejís o el Duque de Bailén, entre otros, el primer referente temporal de bodega comercial puede corresponder a los Morales (1746), seguido de la familia Galán (1794) –fecha que viene inscrita en una columna de piedra que se ha conservado-, “La Sagrada Familia” (1796) o de Pedro Tello (1810), entre otras casas vinateras valdepeñeros.
A finales del siglo XVIII, el trajinero Pedro Sánchez Trapero, junto a otros valdepeñeros como Anselmo López Tello o Andrés Caravantes monopolizaban el comercio de vino en Madrid, con infinitud de almacenes, principalmente en la zona del Madrid de los Austrias. De ahí, que se conserve en la zona la calle “Postas”, en un enclave denominado San Marcos, en el que se concentraban las posadas y la bodega y alcoholera del Marqués de Santa Cruz, descritas por José Viera y Clavijo en 1774, en un comercio en el que numerosos viajeros españoles y extranjeros dedican un amplio espacio a los vinos de Valdepeñas.
Ramón de Mesonero Romanos hablaba en “Escenas Matritenses”, hacia 1850, de las recuas de mulas y de los arrieros valdepeñeros que transportaban vino hasta Madrid, donde estaban presentes en 810 de las 1.500 tabernas madrileñas existentes en la capital de España.
Este libro, cuyo prólogo escribe el poeta Joaquín Brotóns, realiza la semblanza de más de un centenar de bodegas históricas, de entre las que destacan , entre otras muchas, Ramón Caravantes (1850), Avansays (1861), Vicente Cornejo y Cía (1868), Bodegas Mompó (1870) -que daría paso a Bodegas Bilbaínas-, Tarancón (1870), Ruiz de León (1875) o Miguel Caravantes (1875), aunque por encima de ellos destacó Luis Palacios, que con su “bodega monstruo” de seis filas de tinajas fue la firma más importante del último tercio del siglo XIX y del primer tercio del XX, abriendo incluso mercado a Rusia. Tarancón y Ruiz de León también comercializaron sus vinos en diferentes países latinoamericanos, teniendo incluso éste último una delegación estable en Filipinas.
Tras periodos negativos como la crisis de la filoxera o la Guerra Civil, emergieron bodegas como Luis Megía (1947) o Félix Solís (1952), hasta el punto de que en 1975 venían referidas en el listado del Consejo Regulador un total de 424 bodegas, cifra que en la actualidad se reduce a una veintena de bodegas, que, por el contrario, acaparan una producción bastante mayor.
El libro, cuyo prólogo escribe el poeta Joaquín Brotóns, realiza la semblanza de más de un centenar de bodegas históricas, de entre las que destacan , entre otras muchas, Ramón Caravantes (1850), Avansays (1861), Vicente Cornejo y Cía (1868), Bodegas Mompó (1870) -que daría paso a Bodegas Bilbaínas-, Tarancón (1870), Ruiz de León (1875) o Miguel Caravantes (1875), aunque por encima de ellos destacó Luis Palacios, que con su “bodega monstruo” de seis filas de tinajas fue la firma más importante del último tercio del siglo XIX y del primer tercio del XX, abriendo incluso mercado a Rusia. Tarancón y Ruiz de León también comercializaron sus vinos en diferentes países latinoamericanos, teniendo incluso éste último una delegación estable en Filipinas.
José Luís Martínez
José Luis Martínez Díaz es Licenciado en Ciencias de la Información por la Universidad Pontificia de Salamanca, Máster en Viticultura, Enología y Márketing del Vino, ex Director del Museo del Vino de Valdepeñas y ex tesorero nacional de AEPEV, de la que continúa siendo socio. Además, ha trabajado en el Departamento de Marketing de Félix Solís Avantis y sigue ligado al vino desde hace 25 años