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Ángel Andrade, un artista que pudo ser mucho más grande

Raquel Méndez repasa en 'Curioseando' la vida y obra del pintor ciudadrealeño

Ángel Andrade, un artista que pudo ser mucho más grande

Ángel Andrade, un artista que pudo ser mucho más grande

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Ciudad Real

Si la semana pasada ya hablamos de la Diputación de Ciudad Real, esta vamos a hablar del artista que se encargó de la decoración interior del Palacio de la Diputación y que hoy en día tiene allí su exposición permanente.

Vamos a hablar de la vida y obra de Ángel Andrade. Este gran artista que, para mi gusto, no se ha podido reconocer realmente. Reconocer la gran calidad de su trabajo, en el alcance y expansión de la obra de Ángel Andrade sucedió algo que hay que analizar. Lo analizo más tarde, pero empezamos un poco en orden cronológico, nació el día 15 de mayo de 1866 en el número 8 de la Calle Azucena aquí en la capital, Ciudad Real. Su nombre completo es Ángel María Isidro Andrade Blázquez. Su afición por la pintura se manifestó siendo un niño. Un tío suyo de Malagón, en una visita que hizo a la familia, en su casa, lo vio pintar y le aconsejó a su madre que lo llevase al instituto y lo llevaron y en el Instituto Andrade tuvo la suerte de dar con un profesor, Herrer, que se encariñó con él y lo dejó dar rienda suelta a su arte, un profesor que fue una gran influencia para él.

Capaz Ángel de transmitirnos tanto en sus cuadros, un verdadero especialista de la luz. El tipo de luces que conseguía representar eran las más difíciles, las del atardecer por ejemplo, que esas duran unos segundos, son muy cambiantes, esa luz del momento en el que justamente se va el sol, luces tan bonitas como complicadas de plasmar, hay un cuadro suyo en la diputación que es en el que representa un rincón del pueblo de sus abuelos maternos, que eran de Arenas de San Pedro en Ávila, se llama “Entre dos luces” porque precisamente es capaz de captar la luz del momento en el que ya anochece y la luz de un farolillo que acaba de encenderse. Preciosa. Tiene también un cuadro de la “Puerta del Sol” en Toledo, el de “Piccola Marina Di Capri” me encanta pero ese cuadro curiosamente se lo han llevado, 35 años después de estar aquí, el Museo del Prado lo reclamó este mismo año, hace poco, un par de meses, cuando en el Museo del Prado se encontraban revisando sus inventarios descubren que ese cuadro nos lo cedieron en 1988 y que nunca se lo devolvimos, así que ese lo hemos perdido, pero “Lago de Nemi” muy bonito también o “Paisaje del Norte”, mira por ejemplo en este último que he dicho también se manifiesta otra de esas cosas curiosas que consigue Andrade que es lo de conseguir que el espectador pueda sentir las atmósferas en sus cuadros, el frío, la humedad. En este caso se ve un cielo encapotado, un charco y se percibe claramente la atmósfera de que acaba de pasar una tormenta, uno de esos cuadros de paisajes del norte de España, en el que de verdad uno tiene la sensación térmica y hasta se puede oler a tierra mojada.

Y lo que antes hablábamos sobre por qué no se hizo tan famoso como otros, porque, por ejemplo, un artista coetáneo suyo es Carlos Vázquez y Carlos Vázquez sí se proyectó a nivel nacional e internacional. Pero ¿por qué uno sí y el otro menos? Lo primero es que Carlos Vázquez supo adaptase a las corrientes artísticas. En aquella época la manera que tenían los artistas de llegar al público, de ser financiados y hacerse de más renombre, de que sus cuadros adquirieran valor, que valieran dinero, era ganando Medallas artísticas, certámenes de arte. Pero curiosamente los jurados de esos certámenes, muchas veces eran personas que habían llegado a ese puesto de ser jurado artístico sin tener ni idea de arte por lo que sus valoraciones se basaban sencillamente en lo que se llevaba en ese momento, en gran parte de las etapas de estos dos pintores Carlos Vázquez y Ángel Andrade, lo que se llevaba era el costumbrismo, la figura, la maja con la caracola, la maja fumando, los trabajos del campo, la gente vestida a la moda de la época, pero como digo, principalmente lo costumbrista.

Cuando Ángel Andrade se presentó a los certámenes de arte, ganó algunos, pero porque se adaptó a meter figura, sin embargo a él no le gustaba la figura, Ángel Andrade fue un auténtico especialista en representar las luces más difíciles y los paisajes más bonitos, un verdadero talentoso en la luz y el paisaje, pero lo que pasó con Carlos Vázquez es que él sí se adaptó a lo que querían esos jurados porque Carlos Vázquez supo cogerle el gusto a esos retratos costumbristas y que Carlos tuvo el apoyo y las sugerencias de Matilde Garriga que era la catalana con la que se casó que como pertenecía a la burguesía catalana y tenía grandes contactos como amante de arte que era, ella también le ayudó a su marido a proyectar su carrera allí en Barcelona, este ciudadrealeño se fue a Barcelona, que además en aquel momento se relacionaba esa Barcelona con corrientes europeas y todo llegaba antes por allí, entraba más rápido y entonces Carlos Vázquez se introdujo en la corriente de la luz mediterránea y se codeo con esas esferas de artistas entre los cuales estuvo un gran gran amigo suyo que fue incluso su padrino de bodas que era Joaquín Sorolla, por lo que Carlos sí se proyectó pero Andrade, ¿qué le pasó? Estuvo en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, se fue también a Roma, en Tarragona, en Toledo, pero en su etapa final regresa a Ciudad Real y eso le va a alejar de las vanguardias artísticas, se fue haciendo cada vez más desconocido y siguió disfrutando de salir por aquí por casa, por Ciudad Real a pintar paisaje, lo suyo.

Se vino a Ciudad Real como soltero, siempre lo fue, en 1916 se vino, primero al Hotel Miracielos que era un hotel que había en la Calle Paloma y luego ya se instaló con su madre en una casa de alquiler en la Calle de la Rosa y se buscó un criado que se llamaba Melitón, según palabras suyas volvió a su pueblo “con la triste misión de morirme en él”. Se va sumiendo cada vez más en el anonimato y se va aislando. Pero repito que para mí, en mi humilde opinión, lo que entra por mi ojo cuando veo Andrade es un pintor de la talla de los más grandes de este país. Y ahí lo tenemos, cualquier día en el Palacio de la Diputación.

 
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