Virus de Newcastle
Juan José Sanz Cid, Investigador Científico Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC)
Virus de Newcastle - La mirada de Toledo (26/09/23)
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Toledo
Iniciamos el otoño y ahora en este periodo del año que suele ser más fresco de nuevo oiremos hablar de una nueva zoonosis. Bueno, con el Coronavirus ya sabemos lo que es zoonosis, una enfermedad que pasa de animales a humanos y suele ser producida por un virus o una bacteria. En esta ocasión vamos a hablar de la enfermedad del Newcastle que es una infección altamente contagiosa causada por un virus de la familia Paramyxoviridae y que puede afectar a aves domésticas y silvestres. En bastantes ciudades españolas de Andalucía y Cataluña ya se ha detectado la presencia de aves muertas en los parques y jardines. Se ha visto que afecta a las palomas y a las tórtolas turcas, una especie que proviene de Asia menor y que es muy frecuente en nuestras ciudades. La infección por el virus en aves de corral tiene graves impactos porque la medida correcta para evitar una epidemia es la muerte de las aves y la destrucción de sus cadáveres. Esta enfermedad no tiene tratamiento, únicamente el uso de vacunas profilácticas y medidas sanitarias reducen la probabilidad de brotes en los criaderos de aves.
Es un virus que afecta al sistema neurológico de las aves y las impide volar, además de otros síntomas como cuellos deformados, cuerpos extremadamente delgados y, en ocasiones, temblores o parálisis de las alas y las patas. En nuestro país se ha visto que además de las granjas de aves de corral suele atacar a pavos, tórtolas o palomas. De hecho, si buscáis en la web encontraréis noticias sobre “palomas zombies” por las posturas que suelen adoptar.
Este virus no afecta a los humanos, aunque sí puede causar conjuntivitis o irritaciones de la garganta a quienes han manipulado las aves enfermas. Por esto es muy importante no tocar aves muertas que nos encontremos sin las correctas medidas profilácticas (guantes y mascarillas). El virus se transmite por el aíre y por las heces de las aves enfermas.
Desde el año 2009 se han detectado brotes de la enfermedad en nuestro país. Actualmente en distintas ciudades ya se detectan cadáveres en los parques y jardines de especies como la tórtola turca o las palomas. Aquí el papel del ciudadano es importante ya que éste debe llamar a la Policía Local o al Ayuntamiento en el caso de encontrar varias de estas aves muertas para que sean correctamente eliminadas y evitar la expansión de la enfermedad.