Cruz Roja cambia la vida en los pueblos más pequeños de la provincia de Cuenca

Cuenca

Las escuelas de Alcantud conservan su nombre pero no su actividad. Hace dos décadas que se dejaron de impartir las clases de infantil y de primaria. Ya no hay niños. Esta pequeña localidad de la comarca de la Alcarria de Cuenca tiene poco más de 50 habitantes censados, pero solo unos 25 viven de forma continuada durante todo el año. En el interior del edificio de las escuelas se conserva un mural elaborado por los niños con banderas de los países del mundo que forman un corazón. Un cartel aún advierte a la entrada del baño de no tirar papeles al WC.

Hay pupitres viejos en una de las aulas. El salón tiene tres grandes ventanales, una pizarra, la antigua mesa del profesor, una estufa para los crudos inviernos de Cuenca. Adosados a la pared del fondo están los viejas mesitas de los niños. Sobre ellas, un microondas, una cafetera de cápsulas. En otra mesa hay material escolar. Rotuladores Carioca, pegamento en barra Print, tijeras de colores para cortar papel, una baraja.

Un grupo de mujeres, apenas una decena, forman un círculo en el centro de la sala. “Hacemos gimnasia, hablamos, nos contamos nuestras cosas, nos reímos”, explica Claudia Cordón que viste el chaleco rojo que la distingue como voluntaria de Cruz Roja. “Sobre todo hacemos mucho ejercicio físico y mental, nos sirve para reunirnos y darle una actividad al pueblo, darle vida. Tenemos mujeres de más de setenta y ochenta años y una joven de menos de treinta. El año es muy largo y esto nos sirve para crear un hábito saludable y social”.

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Claudia coordina en Alcantud una actividad enmarcada en el Reto 1213 que Cruz Roja ha puesto en marcha recientemente con el objetivo de contribuir a la lucha contra la despoblación en las localidades más pequeñas de España. El número del nombre del programa se corresponde con los 1.213 municipios que hay en todo el país con menos de cien habitantes. 73 en la provincia de Cuenca.

“En Cruz Roja nos dimos cuenta de que tenemos una red muy amplia de asambleas locales pero que no llegábamos a los pueblos más pequeños, los de menos de cien habitantes y que, sin embargo, también tienen vulnerabilidades como las ciudades grandes o las localidades de tamaño medio”, explica Fernando Casanova que forma parte del grupo promotor del Reto 1213 de Cruz Roja en Cuenca, además es presidente de la Asamblea Local de Motilla del Palancar.

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Soledad no deseada

Uno de los objetivo del proyecto es combatir la soledad no deseada que es más acuciante en las localidades más pequeñas. “Afecta a personas mayores y otras no tan mayores que viven solas sin otra alternativa”, explica Casanova. “En esas poblaciones hay una especie de solidaridad espontánea, no estructurada ni organizada como la que ofrece Cruz Roja, pero que no satisface los problemas de soledad que tiene la gente. Esa soledad no deseada se acentúa en los meses de invierno en los que los pueblos se quedan con menos habitantes. Queremos comenzar a trabajar en cómo acompañar a esas personas”.

Qué el pueblo respire

Pilar vive en Madrid y acude a Alcantud “esporádicamente”, dice. Ella participa en la actividad que coordina Claudia. “Por lo menos que el pueblo respire un poco. Es una pena porque es un pueblo precioso y sales a la calle y no te encuentras con nadie. Y eso te lo digo yo que vengo de vez en cuando, imagina lo que eso supone para los que viven aquí todo el año. Una actividad como esta me parece genial”.

También coincide Rosa. “Me parece muy bien lo que hace Claudia. Es una buena aportación al pueblo, hacer algo diferente. Yo no acudo siempre a estas clases porque tengo que quedarme con las nietas, pero me doy cuenta de que sirve para muchas cosas, para estar más ágiles, para comunicarnos porque muchas veces ni nos vemos”.

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Reuniones en cada pueblo

“Nuestro objetivo no es tanto llegar desde donde tenemos voluntarios a esas localidades sino organizar con las mismas personas de esos pueblos la actividad y que sean ellos quienes atiendan a su población, con al valor añadido que supone hacer esa solidaridad dentro de Cruz Roja”, explica Casanova. “Lo primero que hacemos es contactar con los alcaldes para conocer cuántas personas mayores hay, cuál es la población inmigrante, la infancia, personas con discapacidad. Después organizamos una reunión comunitaria, vemos posibles voluntarios y empezamos a hacer un plan de trabajo con el pueblo. Conociendo sus necesidades sabremos qué podemos ofrecerles y cómo ayudarles a que se organicen con la aportación de Cruz Roja, con nuestra experiencia, con nuestros planes de formación para voluntarios, con su seguro, con nuestros recursos”.

El empeño de Claudia

Claudia vive en Alcantud y acudía a clases semanales de gimnasia en la cercana localidad de Priego, a diez kilómetros. “Pensé que, como este es mi pueblo, y no teníamos ninguna actividad, quizás podríamos hacer algo. Hablé con las personas que pudieran estar interesadas y aquí estamos. Nos tomamos un café, hacemos juegos de memoria, jugamos al cinquillo”.

Detrás de esta iniciativa está también Cruz Roja. “Yo empecé a ir a Cruz Roja en Cuenca, me apunté como voluntaria, y me propusieron este proyecto. Me fueron dando ideas y nos han apoyado con material. En septiembre queremos empezar un curso de memoria que también nos van a facilitar”.

Otros pueblos

Fernando Casanova, desde el área de Motilla del Palancar, avanza que están trabajando en la puesta en marcha de actividades similares a la de Alcantud en localidades de la comarca de la Manchuela como Valhermoso de la Fuente, Valverdejo, Hontecillas, Barchín del Hoyo o Piqueras del Castillo. “Se pueden hacer actividades de acompañamiento o talleres de memoria con mayores o apoyo escolar con niños, sobre todo con hijos de emigrantes. También acompañamiento a personas que viven solas”.

“Nos sirve de distracción”

Carmen está “muy contenta” con la actividad de Alcantud. “Tenía muchas ganas de que hubiera gimnasia en el pueblo”, dice. “Yo me iba a Valencia de vacaciones con mis hermanos y ellos se iban a gimnasia. Y cómo es que en Alcantud no tenemos de esto, decía yo. Pues ya lo tenemos”.

Otilia y Beatriz son las mayores del grupo. “Yo soy la más abuela”, dice Otilia. “Tengo seis nietos y 86 años. La gimnasia, la que puedo la hago y la que no, la dejo sin hacer porque me cuesta levantar los pies. Al menos estoy con gente y hablo con alguien”. “Por lo menos nos sirve de distracción”, dice Beatriz. “Nos juntamos todas, nos llevábamos bien, cuando nos cansamos de la gimnasia jugamos a las cartas. Estamos contentas. Le damos las gracias a Claudia por hacer esto por nosotras”.

Amador es el único hombre del grupo y está aquí “a lo que manden ellas”, dice. “Para estar en mi casa o ir al bar, y como tengo la memoria muy mal, pues me vengo aquí”.

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Reto 1213

El Reto 1213 de Cruz Roja establece cinco objetivos de trabajo: la mejora de las competencias, el acceso a los derechos sociales, la mejora de las condiciones de habitabilidad de los hogares, el acceso a un empleo digno y la mejora de la salud. A esto se añade un catálogo de 144 respuestas basadas en las necesidades de las personas, del entorno o de los proyectos de desarrollo. Se ha hecho un trabajo previo para llegar a conclusiones muy significativas que puedan desarrollar este proyecto y conseguir unos objetivos positivos y satisfactorios.

“Hemos hecho un análisis en el ámbito nacional, pero también en Cuenca. Un ejemplo es la pobreza energética”, explica Fernando Casanova. “Queremos ayudar a algunas poblaciones en cómo hacer más eficientes sus viviendas reduciendo el consumo de luz y de gas, aislando la casa para no perder energía. Podemos ayudarles con asesoramiento y con recursos. Otro ejemplo es la solidaridad de proximidad. Esa persona mayor que vive sola y no puede cambiar una bombilla o bajar una manta de un armario. Ahí aportamos un voluntario de Cruz Roja que puede ayudarles. Todo esto puede ayudar a fijar población y que ejerzan sus derechos como quienes viven en un entorno urbano. A veces, vivir en una población aislada dificulta el ejercicio de derechos porque estás lejos del médico, de la educación. Cómo hacerlo, pues organizando a la sociedad para que las personas no tengan dificultades en el ejercicio de sus derechos”.