Cortar el suministro de agua a los vecinos que no hagan un uso responsable: la llamativa propuesta de un pueblo de Toledo

Toledo

La sequía agrava la falta de agua en algunos municipios de la región. La falta de precipitaciones baja el nivel de las aguas freáticas y pozos y depósitos ven mermadas sus reservas en una época, además, en la que muchos de ellos ven multiplicada su población. En El Real de San Vicente, en Toledo, el Ayuntamiento ha publicado un bando que prohíbe el riego de huertos, patios y terrazas y el relleno de las piscinas. El municipio plantea una ordenanza para penalizar el consumo excesivo de agua llegando si es necesario al corte del suministro.

"Tenemos que poner un mínimo vital para todos los vecinos y cuando se pasen de ahí o se dediquen a regar el huerto o a mantener las piscinas durante todo el año habrá que cortárselo", explica Jorge Luis Martín, alcalde de El Real de San Vicente, que señala que uno de los dos depósitos del pueblo está vacío y que el otro se encuentra a una tercera parte de su capacidad porque "gastamos más agua de la que nos llega". "Hay más piscinas, hay más riego en huertos y la gente no se corta un pelo en regar patios y lavar coches".

En Campillo de Ranas, en Guadalajara, como en el resto de municipios de la Sierra Norte, a la escasez de lluvias se une, además, la falta de infraestructuras hidráulicas. La localidad, que tiene en el turismo rural y la celebración de bodas su principal fuente de ingresos, se encuentra cerca de varios pantanos pero su agua sólo abastece al Corredor del Henares y a zonas próximas de la Comunidad de Madrid. "Si vivimos del turismo, la gente necesita ducharse y tener una piscina como la tienen en otros sitios que reciben el agua desde aquí, desde la cabecera",

El alcalde, Francisco Maroto, asegura que hay que construir infraestructuras "ya que los ayuntamientos no tenemos capacidad técnica ni económica para hacerlo". En Campillo de Ranas han pedido a la Diputación de Guadalajara poder beneficiarse de los camiones cisterna que, en lo que va de año, han suministrado agua a 34 municipios. El último, La Huerce, una localidad que en verano pasa de 15 vecinos a más de 300 y que este verano ha visto secarse su manantial más importante.

El Ayuntamiento está tratando el agua de otro manantial más pequeño aunque sólo para determinadas actividades domésticas y no para uso de boca. Francisco Lorenzo, alcalde de La Huerce, recuerda que ambos manantiales se nutren del agua de la nieve que cae en invierno y que en los últimos dos años las precipitaciones han sido muy pocas. "La aportación del manantial es mínima y nos hemos visto obligados a pedir la ayuda de la Diputación para poder garantizar el consumo".

Los embalses de la región, a la baja

La falta de agua también afecta a los municipios situados en la cabecera del Tajo. En Pareja han prohibido llenar piscinas, regar huertos o lavar coches. Es uno de los 58 pueblos que podría ver solucionado este problema con las obras de Morillejo, un sistema de tuberías que lleva planificado desde hace 18 años y que todavía no está acabado. En Córcoles, otro de los municipios ribereños de Entrepeñas y Buendía, tienen cortes de agua de nueve de la noche a siete de la mañana.

Hasta el pasado 14 de agosto, el volumen de agua embalsada en Castilla-La Mancha se situaba ya por debajo del 32 por ciento, casi 3 puntos menos que en la misma semana del año pasado. En la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía almacenan poco más del 21 por ciento de su capacidad, tras perder 17 hectómetros cúbicos en la última semana. En Ciudad Real, la situación más dramática se da en el embalse de El Vicario. De sus 32 hectómetros de capacidad, apenas queda uno.