Abogados del diablo

Toledo

Hola, ya es viernes. Llevo toda la semana con un pensamiento en la cabeza, y no se si alguien más lo compartirá conmigo.

Creo que cada vez más intentamos vivir lo más individualmente que podemos. Nadie se moja por nadie, no hay ese sentimiento de “a mi gente no la toca nadie”, el “me parto la cara por ti” y el “tu problema ahora también es mi problema”.

Yo lo veo cada vez menos, vamos a lo nuestro y no queremos que nos salpiquen los problemas ajenos.

A mí siempre me han llamado “la abogada del diablo” porque no podía no meterme en medio de conflictos de las personas que tenía a mi alrededor. Si hacen algo a alguien a quien quiero esa persona está automáticamente en mi lista negra.

Y me he dado cuenta de que, lamentablemente no es lo común. El proceso que llevamos primero es preguntarnos “¿Este problema me afecta a mí?” y si la respuesta es NO, seguimos con nuestra vida y que esa persona se encargue de su problema.

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Nos estamos adentrando en una espiral de egoísmo por el falso amor propio y el mirar por mí mismo. Esto está provocando muchas relaciones interpersonales no duraderas y de poco apego y me da muchísima pena. Somos seres sociales y no podemos evitar que nos afecte lo que le pasa al de al lado, somos una rueda a la que no podemos poner un palo en medio para que no siga girando. El mal de la persona que está a nuestro lado también es nuestro mal, así que vamos a ayudarnos los unos a los otros. Saquemos la cara por la gente a la que queremos y no dejemos a nadie solo ante el peligro.

Nos oímos la semana que viene.