"Es la alegría más grande que Dios me ha dado": 86 años de espera para recuperar los restos de su padre

Toledo

86 años ha tenido que esperar Agustina Recio para recuperar los restos de su padre y darle una sepultura digna en el cementerio de Recas. Florentino fue asesinado en 1936 en esta localidad toledana junto a otros seis republicanos y sus restos arrojados a una fosa común. Sus cuerpos fueron exhumados en noviembre de 2021 y ayer, después de muchos meses de trabajo para identificar los restos, Agustina, pudo, a sus 92 años, ver cumplido uno de sus deseos.

"A pesar de todo lo que he llorado es la alegría más grande que Dios me ha dado. Mis hermanos se fueron al otro mundo con pena, dejando a mi padre en el campo. Pensaba que este momento no iba a llegar pero ha llegado y aunque llore estoy muy contenta por todo lo que han hecho por mi padre que ya reposa junto a mi madre y una de mis hermanas", explica emocionada Agustina, muy agradecida a la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica y a su hijo Benedicto.

Agustina afirma que su hijo "ha luchado como un potro" para poder sacar los restos de la fosa, un camino no exento de dificultades por la negativa de algunas familias a exhumar los restos de sus seres queridos. "Mi madre ha visto su sueño cumplido y espero que esto sirva a las personas que aún tienen a sus familiares metidos en las fosas. Que luchen por conseguir los restos de sus seres queridos para llevarlos a un cementerio digno", señala Benedicto.

Ambos recibían los restos de Florentino en una urna junto a un saco de tela con algunos objetos personales recuperados durante la exhumación, como una tabaquera o un mechero de pedernal. Agustina rememora los viajes que junto a su marido hacía a la fosa cada vez que volvía al pueblo. "Aparcábamos el coche en el caminito para ver como estaba la tumba", una losa de cemento que los familiares instalaron en los años 70 y a la que nunca le han faltado las flores.

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Una lucha que ha valido la pena y que ayudará a Agustina a cicatrizar las heridas desde que, con apenas seis años, vio como su padre salía de su casa para no volver nunca. Su hijo recuerda el relato de su madre: "Le sacaron cuando estaban cenando, dijeron que para hacerle unas preguntas, y no lo vieron más. Lo tuvieron en el Ayuntamiento de Recas unos días hasta que lo sacaron junto a otras seis personas y los acribillaron".

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El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica definió el entierro de Florentino como "una radiografía que nos explica todo un país". En declaraciones a EFE, Emilio Silva reclamó la creación de una institución "que atienda a las víctimas, las cuide y garantice sus derechos, porque hay miles de personas que han muerto esperando a un Estado que nunca ha querido saber de ellas y no ha garantizado sus derechos".