Castas y sociedades

Toledo

Entre los políticos se utiliza mucho el término “casta” refiriéndose a sociedades donde cada individuo permanece en el estrato social en el que nació. Bueno, esa es la definición entre humanos, pero en la naturaleza no funciona así.

Entre los animales, el nivel más complejo de organización social se encuentra entre las abejas, avispas y hormigas (himenópteros) y en las termitas (isópteros). Me centraré en los himenópteros porque es donde se tiene más información científica.

Vamos a utilizar a las avispas como modelo. Existen tres castas en las avispas: las reinas, los machos o zánganos y las obreras. La comunicación entre los miembros de la sociedad es por medio de señales químicas. De hecho, la reina produce feromonas que regulan la esterilidad de las obreras o la formación de enjambres. En cada sociedad hay una única reina que vive un año y se reproduce por uno o varios machos que llegan a vivir dos meses. La reina pone huevos que darán lugar a obreras que viven un mes. Como vemos la esperanza de vida varía mucho entre castas y en realidad es una sociedad de hembras, pues los machos viven poco para una única función: copular con las nuevas reinas.

Al inicio del invierno, todas las obreras mueren por falta de comida y sólo la reina sobrevive porque hiberna en algún hueco hasta la primavera siguiente para comenzar una nueva colonia. En ese momento, la reina construye un nido en donde depositará los huevos fertilizados para que surjan nuevas obreras. Esto es algo único en el mundo de los insectos en donde los padres no conviven con sus descendientes, ya que mueren al poner los huevos. En estas sociedades, los adultos alimentan y cuidan a la descendencia. Las primeras obreras que emergen ayudarán a la reina a construir el nido en el cual esta seguirá poniendo huevos fértiles que darán lugar a nuevas obreras que serán alimentadas por sus hermanas. En el otoño siguiente, la reina y las obreras realizarán un nuevo nido donde ella volverá a depositar huevos que darán a nuevas obreras, reinas y machos zánganos. Las nuevas reinas serán fecundadas por los zánganos e hibernarán hasta la siguiente primavera.

¿Cómo es posible que se mantenga la sociedad si el altruismo no existe en la naturaleza? Un famoso ecólogo, William Hamilton, propuso que la clave está en la selección por parentesco o “kin selection”. Lo que aún no hemos comentado, es que los machos nacen de huevos no fertilizados y son haploides, es decir, tienen todos los cromosomas, pero no por pares sino solo uno que proviene de la reina. Obreras y reinas nacen de huevos fecundados y son diploides, es decir, tienen un par de juegos de cromosomas provenientes de la reina y del zángano.

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Como la reina puede acumular el esperma del zángano, ella puede elegir el sexo de la descendencia según fecunde o no sus huevos. Este sistema se llama de haplodiploidia y hace que las obreras estén más emparentadas con sus hermanas (0,75) que con sus hijas (0,50) o sus hermanos zánganos (0,25). Según Hamilton si se asume que a una obrera le supone el mismo trabajo criar a una hermana que a su hija, el beneficio genético sería mayor si criara hermanas que hijas. Esto ha mantenido la existencia de estas sociedades y ha potenciado que las obreras intenten reemplazar a la reina en la producción de nuevas reinas. Existe un conflicto entre la reina y las obreras y cuando descienden las feromonas de la reina en la sociedad, las obreras se afanan por criar nuevas reinas cambiando su dieta. En el caso de las abejas utilizan la jalea real que tiene unas proteínas que favorecen el desarrollo de las nuevas reinas.

Como vemos, estas sociedades de insectos basadas en castas son algo más complejas de lo que parecen.