Los primeros 30 metros, hasta la cima
Un niño de Mataró, una niña de Getaria y un niño de Toledo ¿llegarán al mismo tiempo a esos primeros 30 metros de la montaña?
Toledo
Somos adictos al triunfo. Nos gusta ganar y si no ganamos nosotros, porque no todos estamos llamados a la gloria, nos gusta que “los nuestros ganen” y ese “nuestros” lo aplicamos a todo; a nuestros amigos, nuestros equipos, nuestros partidos políticos, nuestros paisanos, nuestro país… Pero hablemos, al menos hoy, de deportes.
La mayoría de las veces solo nos gusta el triunfo. No somos conscientes del trabajo que eso conlleva y mucho menos de dónde empieza todo.
El triunfo es la cima de una montaña, pongamos de 3000 metros, de la que solo solemos ver los últimos 300. Pero la realidad es que el triunfo empieza en los primeros 30 metros, 30 metros a los que deberíamos poder llegar todos, para que luego gracias a nuestro talento, nuestro esfuerzo y nuestra perseverancia sigamos escalando, ya dependiendo cada uno de sus capacidades.
El problema es que no todo el mundo tiene acceso a esos primeros 30 metros. Me explico, vamos con algunos ejemplos. Aquí, en Toledo
Pongamos que eres un niño o niña al que le gusta mucho jugar al fútbol y parece que tienes cualidades para ese deporte. Pongamos que no tienes una situación económica desahogada. ¿Puedes permitirte jugar en el equipo de tu ciudad con lo que cuesta la matrícula, la mensualidad y la equipación? Probablemente no.
Pongamos que eres un adolescente y juegas muy bien al baloncesto en un equipo de barrio ¿Tendrás una gran oferta de pabellones para entrenar y jugar partidos en un horario flexible? Probablemente no.
Pongamos que eres una niña que en el colegio demuestra grandes habilidades para el ajedrez. ¿Tendrás múltiples opciones de clubes con ayudas municipales para que puedas ejercitarte y mejorar? No.
¿Tiene nuestra ciudad, cuyo objetivo es superar en los próximos años los 100.000 habitantes, instalaciones suficientes, uso eficiente de las mismas, un sistema de aprovechamiento del talento deportivo desde la infancia, una sistema ecuánime de ayuda a clubes y una red que permita detectar talentos y capacidades en las escuelas desde las edades más tempranas? La respuesta es no, no y no.
¿Lo tienen otras ciudades y otras comunidades autónomas? La respuesta es sí.
Con las mismas capacidades un niño pongamos de Mataró, en Barcelona, una niña de Getaria en San Sebastian y un niño de Toledo ¿llegarán al mismo tiempo a esos primeros 30 metros de la montaña? La respuesta es no y ¿saben por qué? Porque nuestra cultura, nuestra implicación y nuestra financiación para el deporte dista mucho de la que tienen en otras ciudades
Es una opinión de una Toledana de Toda la Vid
