Así son las visitas guiadas al mosaico romano de Cuenca, el nuevo atractivo turístico

El recorrido, las explicaciones, la historia, la mitología, las incógnitas y todos los detalles para realizar las visitas a este yacimiento arqueológico de Noheda

Estructura de cubierta de los mosaicos deñ yacimiento romano de Noheda, en Cuenca. / AGL (cultura.castillalamancha.es)

SER Cuenca07/06/2022 - 11:37 UTC

Cuenca

Desde 2018, cuando se abrió por primera vez a las visitas, el yacimiento romano de Noheda se ha convertido en uno de los grandes atractivos turísticos de la provincia de Cuenca. Ya por entonces, su fama de conservar el mosaico figurativo más espectacular del arco mediterráneo había recorrido el mundo. Y de distintos países vienen a verlo. En Hoy por Hoy Cuenca nos hemos sumado a una de las visitas guiadas para conocer de primera mano lo que se ve y lo que se cuenta en este lugar aún con muchas incógnitas por descubrir. Os lo contamos en el siguiente reportaje.

Así son las visitas guiadas al mosaico romano de Cuenca, el nuevo atractivo turístico

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El mosaico se encuentra en el pavimento del interior de una villa romana descubierta a escasos 500 metros de Noheda, pedanía del municipio de Villar de Domingo García (Cuenca). Los arqueólogos la han datado en el periodo tardorromano, en torno al siglo IV d. C.

Horarios de visita

El horario de apertura del yacimiento es, del 1 de abril al 31 de septiembre, los jueves de 10:30 a 13:30 h, los viernes, sábados y festivos: de 10:30 a 13:30 y de 17:00 a 20:00 h, los domingos de 10:30 a 13:30 h. Permanece cerrado lunes, martes y miércoles no festivos.

Los turnos o pases de visita hasta el 30 de septiembre son, los jueves: 10:30, 11:30 y 12:30 h, viernes, sábados y festivos: 10:30, 11:30, 12:30, 13:30, 17:00, 18:00 y 19:00 h, y los domingo: 10:30, 11:30, 12:30 y 13:30 h. Todas las visitas son guiadas y se realizan con reserva previa a través de la página web de venta online de Castilla-La Mancha.

Las visitas al mosaico de Noheda solo son guiadas y debe reservarse previamente en cultura.castillalamancha.es. / Guillermo Román

Incógnitas

“Por muchas veces que lo explique me sigue fascinando como la primera vez que lo vi”, dice Laura, nuestra guía en la visita al yacimiento de Noheda, que reconoce también que los visitantes se quedan siempre con dos dudas: “quién o quiénes eran los dueños de este lugar y porqué eligieron este espacio concreto”.

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Sobre la primera, los arqueólogos que han trabajado en este yacimiento aún desconocen la identidad del propietario, no ha aparecido ninguna inscripción que lo delate, particularidad esta que no descartan teniendo en cuenta que queda mucho aún por descubrir. Sí que nos han contado que, entre ellos, le llaman coloquialmente Emilius Botinus. Por el lujo de los materiales con los que estaba construida y decorada la villa, su propietario debería ser muy rico y estaría muy bien posicionado cerca del poder para conseguir algunos materiales como el mármol. “Solo en el balneum se han contabilizado 31 tipos distintos de mármol”, explica Laura.

Las escenas figurativas hacen del mosaico de Noheda uno de los más importantes localizados. / Guillermo Román

Ubicación

Sobre la ubicación, la guía explica al principio de la visita cómo se elegían las ubicaciones de las villas romanas, lo que conocemos hoy como casa de campo que atiende un gran espacio agropecuario en su entorno, siguiendo las indicación es del ingeniero Vitruvio: “Primer consejo: que los espacios elegidos siempre se encontraran en lugares salubres durante todo el año”, explica nuestra guía. “¿Qué aportaba la salubridad? Pues sobre todo el abastecimiento de agua. En este caso, en la zona noreste se encontraba un manantial que, al encontrarnos en una pendiente, el agua llegaba a la villa por canalizaciones cerámicas sin necesidad de acueducto ni de noria. Además, al sur se encuentra un arroyo hoy conocido como el Tejar, afluente del río Chillarón y este a su vez del Júcar. Segundo consejo: que la zona norte estuviera protegida de los vientos de procedencia septentrional. En ese caso tenemos las suaves lomas conocidas como las Herrerías. Último consejo: que las villas siempre se encontrarán cercanas a una vía de comunicación, una calzada. En este caso las más cercana es la que unía las urbes de Valeria, Segóbriga y Ercávica”.