Paula Rozas: "dejé mi trabajo en una multinacional y me puse a criar caballos de deporte"

Santander

Paula Rozas se licenció en Relaciones Laborales, hizo un master e inmediatamente empezó a trabajar en el departamento de prevención de riesgos laborales de una multinacional de Cantabria.

Tenía 24 años, le gustaba su trabajo, pero "notaba como que no acababa de ser mi lugar". Decidió que tenía que dar un giro a su vida e irse a vivir al campo.

Desde niña le gustaban los caballos y pensó que era una buena opción para emprender, así que junto a su marido puso en marcha la 'Yeguada el Abanico' en el pueblo de San Vicente de León (Arenas de Iguña).

Han pasado 12 años y Paula está encantada con el cambio, aunque confiesa que al principio tenía muchas dudas e incertidumbre respecto a cómo iba a resultar el negocio de criar caballos. "No me equivoqué al dedicarme a esto de pleno", asegura.

Caballos 'apalusa', los más cotizados

Actualmente la yeguada tiene un centenar de caballos y clientes repartidos por España, Italia, Francia, Alemania, Portugal e incluso México.

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Se trata de caballos de deporte "muy buenos morfológica y funcionalmente", además están tratando de sacar adelante ejemplares de la capa pío y de la capa 'apalusa', esta última son caballos con manchas similares a las de un dálmata, que son muy cotizados.

"En los pueblos hay muchas posibilidades"

Al margen del negocio, Paula, su marido y sus dos hijas viven en una casa pegada a las dos naves donde tienen la yeguada. San Vicente de León es un pueblo apartado, prácticamente en el monte donde apenas viven cinco familias.

"Se vive tranquilo, la calidad de vida es una pasada", asegura Paula, que anima a otros jóvenes a apostar por los pueblos para vivir y emprender. "Están despoblado y hay muchas posibilidades porque no hay competencia".